Comunicado. Miguel Ángel Yunes Linares ha enviado un texto que recoge sus puntos de vista sobre la sesión de este jueves en el Congreso del Estado donde “se aprobarán un conjunto de reformas que tienen como objetivo perpetuar en el poder a la pandilla que desde hace una década gobierna Veracruz, y permitirle a Javier Duarte y a sus cómplices dejar el poder sin correr el riesgo de que le sean fincadas responsabilidades penales y de otra índole por el brutal saqueo que han cometido en perjuicio de las finanzas públicas del pueblo de Veracruz”, y señala que “para desviar la atención sobre el objetivo real de éstas reformas, Duarte le ha mentido a los veracruzanos diciendo que se trata sólo de ajustar el calendario electoral para cumplir con una obligación constitucional, y que una gubernatura de dos años será de gran beneficio para el Estado. Pero ha ocultado otros dos temas que son torales en la búsqueda de impunidad, que es lo que realmente Duarte propone en éstas iniciativas”.
El primero de ellos, dice el político de Soledad de Doblado, “es acortar los plazos para la fiscalización de las cuentas de su gobierno, de tal forma que -en cualquier momento- el Congreso del Estado pueda ser convocado a sesiones para aprobar las cuentas del Duhartazgo.
El segundo, es dejar por nueve años más como titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado al actual Procurador, uno de los cómplices de ésta banda de pillos, quien ha tenido a su cargo el encubrimiento del saqueo a las arcas públicas y la persecución de los adversarios del Duhartazgo. En el artículo Quinto Transitorio de la Iniciativa presentada por Duarte así se establece. Sólo le cambian el nombre al cargo y le llamarán Fiscal General”. Yunes Linares se pregunta “¿Con quién consultó Duarte éstas iniciativas? No con el pueblo de Veracruz, ni con los dirigentes sociales, empresariales, políticos e incluso religiosos que ya se han manifestado en contra de ésta iniciativa, acerca de la cual lo menos que han dicho es que se trata de “una vacilada”.
Se han manifestado también en contra los dos Senadores de la República y diputados locales militantes del PRI y el Senador del Partido Acción Nacional”. Afirma el exsecretario de gobierno en el periodo 1992-1997 que “seguramente Duarte consultó con abogados penalistas que le sugirieron tender una cortina de protección para él y para toda su banda, de tal manera que puedan terminar el gobierno con las bolsas llenas y las manos sucias pero protegidas. No consultó en mesas públicas, mediante un debate democrático, en busca de consensos, ese no es su “estilo personal de gobernar” parafraseando a don Daniel Cosío Villegas. Seguramente lo consultó en mesas de comida y bebida, lo consultó con el sinaloense Enrique Jackson, uno de los pillos que mueve los hilos en Veracruz y que cobra 2 millones de pesos mensuales por su ‘asesoría’”.
Miguel Ángel Yunes Linares afirma con su acostumbrada firmeza crítica que “Duarte miente cuando afirma que lo consultó con el Presidente Enrique Peña Nieto. Y no es difícil llegar a ésta conclusión. Basta recordar cómo el Presidente Peña Nieto, para impulsar las reformas constitucionales en materia educativa, política, electoral, energética, fiscal y otras, convocó a una mesa de análisis y debate a los partidos políticos en el Pacto por México y la mayor parte de éstas reformas se lograron por consenso en el Congreso de la Unión”, y se pregunta: ¿Porqué tendría que avalar el Presidente a un individuo como Duarte que en momentos en que el país no requiere más conflictos sino estabilidad, propicia una situación de enfrentamiento con la sociedad y los partidos para imponer su voluntad? Yo no creo que el Presidente Peña Nieto haya dado su aval a un dictadorzuelo de opereta como Duarte a quien no le importa la opinión del pueblo de Veracruz ni mucho menos la de los representantes populares.
Agrega que “Duarte tiene pánico de perder las elecciones para Gobernador del Estado, por eso se atrevió a impulsar una reforma que causará un enorme daño a Veracruz, con argumentos torpes como el de que las elecciones provocan “agitación social” tal y como lo dice en su iniciativa. Confunde “agitación social” que es la que ha provocado su mal gobierno, con “participación democrática” que es la vía para que los ciudadanos se expresen en relación al gobierno que quieren. Dice que habrá menos elecciones. También miente. Si se aprueban sus iniciativas tendremos las siguientes elecciones: 2015, elecciones para Diputados Federales; 2016, elecciones para Gobernador del Estado y Diputados Locales; 2017, elecciones para Ayuntamientos; 2018, elecciones para Gobernador del Estado, Diputados Locales, Presidente de la República, Senadores y Diputados Federales; 2021, Elecciones para Ayuntamientos y Diputados Federales; 2024 Elecciones para Gobernador del Estado, Diputados Locales, Presidente de la República, Senadores y Diputados Federales; 2025 Elecciones para Ayuntamientos.
Es decir, de los próximos diez años, en siete tendremos elecciones”. Advierte que contrario a lo que dice Duarte de Ochoa en el sentido de que habrá menos gastos, “miente”, porque detalla que “organizar cada elección de autoridades locales tiene un costo superior a 700 millones de pesos. Solo el repetir las elecciones para Gobernador y Diputados Locales en 2016 y 2018 tendrá un costo presupuestal de casi 1 mil 500 millones de pesos, más lo que el Gobierno del Estado desviará para apoyar a los candidatos del PRI, que son varios miles de millones de pesos más”, y por ello dice que con estos se demuestra que Javier Duarte de Ochoa “está urgido de impunidad. Se sabe ladrón, sabe que las revisiones de la Auditoría Superior de la Federación y de otros órganos federales de revisión de cuentas lo condenan.
Por eso quiere heredarle el cargo a un cómplice que continúe la cadena de impunidad iniciada cuando el sucedió a Fidel Herrera en el cargo y lo encubrió. Pero Veracruz lo que requiere no es otro encubridor, requiere un GOBERNADOR, así, con mayúsculas y con toda la extensión de la palabra”. Yunes Linares concluye su reflexión sin ambages y sin florituras: “Duarte, con los cómplices que tiene en el Congreso del Estado, podrá reformar la Constitución para que el siguiente periodo de Gobierno sea de dos años.
No hay duda de que no debe hacerlo pero lo hará. Pero de lo que tampoco debe tener duda es que aquí estamos millones de veracruzanos que lucharemos por un cambio profundo, que incluirá la revisión de cuentas y la exigencia de responsabilidades. Diez años de latrocinio y de impunidad han sido demasiados. Duarte podrá completar la docena, pero ni un día más”, y pronostica que “a partir del primero de diciembre de 2016 Veracruz tendrá un gobierno honesto y eficiente, que atienda y escuche a los veracruzanos y que dé los pasos necesarios para sacar a nuestro estado de la profunda crisis en que lo hundió la banda que se apoderó del Estado desde hace una década. Ha llegado el momento del cambio, ni Duarte con su banda delincuencial lo podrán detener”.
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