El ave de paja

En las  dos últimas elecciones para renovar la gubernatura veracruzana, el Partido Acción Nacional (PAN) se ha quedado a un santiamén de arribar al poder y de romper más de ochenta años de dominio priísta pues Veracruz es uno de los estados del país que no ha experimentado la alternancia política. En esos dos procesos comiciales el fraude fue lo que sostuvo al tricolor en palacio de gobierno. En el 2004, el innombrable fue derrotado en las urnas pero negoció en la mesa y con dinero, mucho dinero – ahora se sabe que parte del mismo provenía del hampa- hizo que los tribunales lo declararan “ganador”.

Por Andrés Timoteo/Texto Irreverente

Los comicios del 2010 también fueron desaseados porque se inyectaron carretadas de dinero público  para comprar la voluntad popular y porque la mafia operó para obligar al voto a favor del candidato priísta -el sello fidelista-  en muchas partes del estado.  Empero, no les alcanzó la operación mafiosa en el terreno y volvieron a “ganar” en los tribunales. Así, el impresentable logró transferir el cargo a un  incondicional que le aseguraba seguir gobernando a trasmano y claro, continuar expoliando el erario estatal.

Durante el último proceso electoral se implementó un nuevo mecanismo para debilitar a la oposición, en este caso el PAN y que consistió en la infiltración de estructuras de campaña electoral y direcciones  partidistas.La fidelidad logró infiltrar al panismo y por ejemplo, durante la campaña comicial del 2010 se descubrió que el exdirigente estatal, Alejandro Vázquez Cuevas quien fungía como coordinador de la campaña de Miguel Ángel Yunes Linares en realidad era un informante del impresentable. Otros panistas también fueron contratados por la fidelidad para el trasiego de información y como factores de división interna o  promotores de averías legales convenientes para el gobierno tricolor.

Apenas concluidos los comicios de aquel año,  los infiltrados de la fidelidad se soltaron la cabellera y se exhibieron abiertamente en un frente contra Yunes Linares al que  denominaron “La Muralla Azul” con el cuento de purificar al partido pero con el financiamiento de palacio de gobierno. Fue a través de ellos como el impresentable asumió el control de un aparte de la estructura del blanquiazul en la entidad y operó no solo para tratar de cerrarle espacios al yunismo sino también para tener una oposición dócil y servicial con la administración de su pupilo, Duarte de Ochoa.

Vaya,  el ejemplo más sórdido del grupo fidelistas vestidos de azul –además de Vázquez Cuevas-  fue  Víctor Manuel Salas Rebolledo, quien se desempeñó  como  director jurídico de la dirigencia estatal del PAN en tiempos de Enrique Cambranis y a quien todos los procesos de impugnación judicial por fraudes electorales se le caían en los tribunales porque estaban mal integrados, es decir, elaborados a modo para que nunca prosperaran en las instancias jurisdiccionales. Hoy, Salas Rebolledo es del director general de Previsión Social y Productividad en la Secretaría del Trabajo del duartismo. Ese fue uno de los tantos pagos por sus servicios hechos al PRI dentro del blanquiazul.

Así se pueden citar muchos casos al grado de que la hibridación entre panistas y fidelistas  hizo evolucionar su denominación, pasando de ser “La Muralla Azul” al  “PAN rojo”. Es suficiente con hacer una recapitulación del comportamiento de las bancadas panistas en  las dos últimas legislaturas estatales para comprobar que esa ala del partido albiceleste se volvió parte de la aplanadora tricolor, aprobando todas las iniciativas del priísmo y facilitaron el saqueo de las finanzas públicas.Las  cabecillas del “PAN rojo” terminaron como nuevos ricos gracias a la subvención monetaria que obtuvieron y  las facilidades para hacer negocios al amparo del poder. Algunos hoy siguen como  proveedores del gobierno estatal.

Pues bien, el recordatorio de esa historia es porque el PAN está a punto de ser infiltrado de nueva cuenta. Ayer el dirigente estatal, Jesús Mancha Alarcón informó que se acordó una posible alianza con el Partido Alternativa Veracruzana (AVE), cuyo  dirigente, Alfredo Tress Jiménez, es uno de los operadores más licenciosos del impresentable exgobernante. Su currícula política es deleznable porque fue uno de los aplaudidores y facilitadores de la bursatilización del Impuesto sobre la Tenencia Vehicular en el sexenio pasado desde su posición como  diputado local.

Su antiguo compañero de fracciona parlamentaria, en ese entonces Convergencia por la Democracia, Sergio Vaca lo señaló directamente  de haberse enriquecido con los  embutes  del gobierno estatal para facilitar el robo que representó  la bursatilización y por negarse a firmar juicios de inconstitucionalidad contras enmiendas lesivas de la fidelidad.  Después de su gestión como legislador, Tres Jiménez fue contratado por el innombrable para dirigir uno de sus artificios, el AVE, que ahora es la carnada para atraer  a Mancha Alarcón en las vísperas del año electoral.

Aunque la  obviedad los pierde pues más tardó el fidelista Tres Jiménez en anunciar la alianza partidista al lado de  Mancha Alarcón que ir corriendo a palacio de gobierno a reportar los pormenores ante el patrón visible,  Duarte de Ochoa. Son tan caradura que posaron para la fotografía y la difundieron a la prensa. No tienen recato: La concupiscencia ya no se hace en lo oscuro, dentro el drenaje profundo como era la regla no escrita, sino que  ahora exhiben sus amores a plena luz del día.  El fondo del acercamiento de Tress Jiménez a Acción Nacional es poner obstáculos a la postulación de Yunes Linares en el 2016, al que le tiene pavor tanto Duarte de Ochoa como su hacedor.

Los temores de ese par tienen sustento  porque en el contexto político actual, no solo de Veracruz sino nacional, la posibilidad de una alternancia en el poder local es más elevada que la que se tuvo en  las elecciones pasadas. Obviamente, la figura más fuerte en el panismo es precisamente Yunes Linares, de ahí la desesperación por volver a infiltrar al blanquiazul y resucitar al “PAN rojo” o en su caso formar una réplica temporal: el “PANAVE”.

Sin embargo, el acuerdo entre Mancha y Tress no tiene visos de concretarse ya que Comité Ejecutivo Nacional del PAN, que ahora encabeza Ricardo Anaya, tiene  la radiografía política de Veracruz con sus actores identificados y  está al tanto de que Alfredo Tres es otra careta del impresentable.  Más aún porque el proyecto de alianza electoral con el AVE es de paja, sin beneficio numérico ni estratégico para el panismo pues el partido de Tress Jiménez, como artificio fidelista,  no tiene base popular propia sino que se nutre con los votos convidados por el tricolor.

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