Javier Duarte: su prospecto de fiscal y Los Zetas

Por Mussio Cárdenas Arellano/Informe Rojo

* Anticorrupción simulada  * Reyes Peralta, manchado  * Berlín Valenzuela, prestigio  * ¿Dónde perdió la dignidad Héctor Yunes?  * Gira de la vergüenza  * Caballero desprecia a Yunes Linares  * Ricardo Orozco: millones chuecos  * Inés Valladares gana amparo  * Robo de gasolina y diesel en ayuntamiento de Coatza

De su misma calaña, quiere Javier Duarte al fiscal anticorrupción. Que sea duartista o fidelista, que encubra el desvío de los 50 mil millones de pesos de origen federal, los moches y los diezmos, y si es Jorge Reyes Peralta, mejor. Irrelevante para él que le imputen nexos con Los Zetas.

A ese clavo se aferra el gobernador, imponiendo un alfil que lo exima de la cárcel por el saqueo a Veracruz, validado por el Congreso estatal, su mayoría cómplice, que resiste las presiones para dejar esa decisión en manos de la próxima Legislatura.

Horas difíciles las de Javier Duarte. Maniobra para consolidar su proyecto de impunidad, llevando a uno de los suyos a la Fiscalía Anticorrupción, cuya autonomía del Poder Ejecutivo estaría atando de manos a Miguel Ángel Yunes Linares.

Uno de ellos, Jorge Reyes Peralta, presume neutralidad y fobias por igual, honestidad y entereza en la que sólo él cree e inquina contra el gobernador electo de Veracruz.

Fama no le falta. Es pésima. Si no es por su servilismo a Fidel Herrera Beltrán, el ex gobernador que inició la docena trágica para Veracruz, es la perversidad con que actuó para incidir en la reclusión de la periodista Maryjose Gamboa Torales, hoy diputada electa, por un accidente vehicular que arrojó un muerto, por causas imputables al occiso, o si no por la gravísima implicación de Reyes Peralta en un caso relacionado con el grupo delictivo Los Zetas.

Con ese bagaje deplorable moral quiere ser fiscal anticorrupción, inédita la audacia, el descaro, la crudeza, pues Reyes Peralta encuadra en el perfil de quien debiera ser fiscalizado y no fiscalizar.

Jurado enemigo de Yunes Linares, fue él quien emprendió, de la mano de Fidel Herrera, acciones legales contra el entonces candidato panista al gobierno de Veracruz, en 2010. Ahora es usado como piedra en el zapato, un freno para neutralizar la promesa de Yunes azul de que pondrá a Javier Duarte tras las rejas.

Autónoma, la Fiscalía Anticorrupción fue creada apenas en mayo y se manejará al margen del nuevo gobernador con dos misiones: encubrir a Javier Duarte y asestar golpe tras golpe a Yunes Linares.

Urgen, pues, marrulleros como Jorge Reyes Peralta, deplorable su fama, fidelista y duartista para enfrentar la embestida que llevará a prisión al gobernador saliente.

Su historial no se reduce a ser el defensor de lo sórdido. Va más allá. Lo más grave es lo que se halla en un expediente judicial, en Córdoba, en que dos integrantes de Los Zetas lo relacionan con casos de secuestro.

Lo publicó la revista Proceso, el 17 de noviembre de 2012. En su parte medular, el reportaje de Jorge Carrasco decía así:

“El Chilango, de 44 años, señaló también al abogado Jorge Reyes Peralta como compadre del Pencho y supuestamente encargado de negociar con los familiares el rescate de los secuestrados por Los Zetas, y quien además del pago de una parte de los rescates recibe una nómina mensual de 200 mil pesos”.

En otra parte del reportaje cita:

“El Trejo, originario de Fortín de las Flores y de 41 años, repitió los mismos nombres sobre la supuesta protección institucional y de prestanombres para el lavado de dinero. Añadió que en varias ocasiones acompañó a El Chilango a pagarle en su despacho al abogado Jorge Reyes Peralta.

“ ‘Este abogado nos ayudó en el secuestro de una persona en Veracruz, Veracruz, por la que nos pagaron una buena lana y también unos carros clásicos’, que guardaron en la casa de El Pencho.

“Reyes Peralta es muy cercano a los priistas del estado. Incluso uno de sus hijos ya fue regidor y líder municipal (Jorge Reyes Leo), mientras que el año pasado una de sus hijas tuvo como testigos de su boda a los exgobernadores Miguel Alemán y Fidel Herrera, además del actual Javier Duarte”.

También refiere Proceso la respuesta de Reyes Peralta a la prensa, el 31 de octubre de 2012.

“Yo soy limpio. Tengo una vida profesional que está en caja de cristal”.

INFORME ROJO, este lunes 20, agregó en torno a la reacción de Reyes Peralta:

“Y acusó a tres funcionarios, el entonces subprocurador Bertoldo Reyes Campuzano; el ex director de la desaparecida Agencia Veracruzana de Investigaciones, Enoc Maldonado Caraza, y el fiscal adscrito a la Marina, cuyo nombre no fue publicado, de ‘enlodar’ a más de 100 empresarios, abogados y periodistas del estado.

“Con altura de miras, Javier Duarte perdió la razón. Su prospecto no sólo es un acérrimo enemigo de Yunes Linares. Es un tormentoso abogado, de alharaca, brinco y reparo, fidelista y duartista, que acusa pero no logra condenas, que metió la mano en la infamia contra la periodista Maryjose Gamboa, ocho meses encarcelada conculcándole su derecho a enfrentar un juicio en libertad con maniobras legaloides y testimonios inducidos y falseados.

“No sólo es perverso Reyes Peralta. Le imputan dos de los tres zetas detenidos en Córdoba hechos delictivos, vínculos con secuestradores, una “marranada” como la llama el abogado de la fidelidad y el duartismo, que llevó su caso ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y Human Rights Watch en Washington para salvar su honor. ¿Cuál?”

Su fobia a Yunes Linares sigue latente seis años después. Dice Reyes Peralta:

“El Gobernador Electo ya enloqueció. Todo lo que hace el gobernador electo es por mí. Él teme que yo llegue porque desde luego hay averiguaciones de todos los partidos y de todos los actores políticos pero principalmente de él y de su núcleo familiar.

“El gran temor que él tiene que llegue es que yo abra la caja de Pandora, ¿y qué tal si le resulta responsabilidad penal a él y al que le tocara? Yo tengo más de 40 años de experiencia como abogado penalista y no voy a ser tapadera de nadie.

Abogado de barandilla, Reyes Peralta se pasó todo 2010 denunciando a Yunes Linares, antes de ser nominado candidato del PAN al gobierno de Veracruz, durante la campaña y en octubre, cuando se resolvía la impugnación al fraude electoral.

Presumía una contracampaña una vez que Yunes azul fuera declarado candidato y acusaba: “Ahí estaré a su lado para evitarle que sea gobernador de Veracruz”.

Mucho grito, poco seso, nada hizo Reyes Peralta con sus denuncias, un fiasco en temas de ley.

Dice que al mediodía de este miércoles 22 definirá si se inscribe para contender por la Fiscalía Anticorrupción, obvio en auxilio a del gobernador saliente. El plazo para registrarse vence a las 6 de la tarde.

Sólo Javier Duarte contamina así la Fiscalía Anticorrupción, diseñada para evadir la ley, para salvar el pellejo, para evitar que Yunes Linares le cumpla su promesa de cárcel y que devuelva lo robado.

Otros prospectos se mueven por el prestigio y la decencia, el reconocimiento público y la solvencia moral.

Dos de ellos son Francisco Berlín Valenzuela, ex secretario de Gobierno de Rafael Murillo Vidal, a los 28 años, y Julio César Sosa Quiroz.

Paco Berlín es presidente de la Casa de la Cultura Jurídica en Veracruz, dependiente del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial Federal, de juicios certeros, atinadísimo en el análisis del impacto político en la vida de los veracruzanos, fuera del PRI por decisión propia, crítico de los yerros priistas, la ilegal reelección de Felipe Amadeo Flores Espinoza al frente del tricolor, pues incurre en una reelección que los estatutos prohíben de tajo.

Berlín Valenzuela y Julio César Sosa Quiroz son las propuestas mejor vistas por el Observatorio de Contraloría Ciudadana, cuyo director, Hilario Arenas, postula que no debe ser un solo hombre —Javier Duarte— quien designe por la vía del Congreso de Veracruz al fiscal anticorrupción.

Es la ética contra la suciedad, los idóneos contra el servil, la solvencia moral contra el ariete del Cártel de Duarte.

Sólo que el gobernador no concibe la Fiscalía Anticorrupción como un instrumento para que la justicia reine. Quiere un fiscal a modo, que sea escudo y coraza, que lo preserve de la cárcel, que evite que tenga que devolver el producto del saqueo. Quiere un inmoral.

Con un fiscal bajo la sombra de Los Zetas, seguro lo logrará.

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