Caso Duarte: el juego de la PGR

•Nadie puede ser juzgado dos veces
•Nadie, sin embargo, cree en su palabra

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Javier Duarte, JD, ha perdido toda la confianza y la credibilidad de la población electoral, el contribuyente y el ciudadano común y sencillo, de tal forma que ya nadie cree en su palabra, ni siquiera, vaya, las señoras en la tarde pastelera ni los niños de quinto y sexto año de primaria para adelante. Tampoco una parte de la elite priista que alguna vez estuviera a su lado en el barco sexenal.

Por Luis Velázquez/Escenarios

Por eso, ahora cuando convoca a rueda de prensa para declararse, una vez más, un político impoluto, que “tiene limpias las manos y la frente en alto”, incapaz de una pillería con los recursos públicos, tampoco le creerían algunos de los mismos trabajadores de la información que cubren de manera habitual sus conferencias.

En otro tiempo, digamos, quizá, hacia el principio del sexenio, antes, mucho antes de conocer su identidad, habría quienes confiaban a ciegas en su palabra y de manera absoluta.

Pero cuando la irritación social se convirtió en indignación crónica ante “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” que ha cacareado el senador Pepe Yunes…

Y cuando todos y cada uno de los siete candidatos a la gubernatura tuvieron como asunto de campaña la corrupción de los duartistas…

Y cuando para entonces la Auditoría Superior de la Federación interpusiera denuncias penales en la Procuraduría General de la República por las irregularidades en el destino social de los fondos federales…

Y cuando desde Los Pinos emanó la orden para el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la PGR en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, en contra del góber tuitero y el Congreso local…

Y cuando el CEN del PRI insiste para que la SCJN con todo y estar de vacaciones acelere el dictamen correspondiente…

Y cuando el periódico “Reforma” publica la exclusiva de que la PGR va atrás de JD, entonces, por más que se inmole en una rueda de prensa declarándose ángel de la pureza, nadie le cree.

Acaso, los suyos. Mejor dicho, una parte de los suyos, el Contralor, por ejemplo, que tantas canonjías ha recibido, entre ellas, el cargo por segunda ocasión, y la diputación local para uno de sus hijos, y la curul y la alcaldía para el otro, y la facultad política para manejar a su antojo la secretaría de Finanzas y Planeación, a través de su discípulo, el sexto titular.

Pero de ahí para adelante, el góber tuitero ha perdido la confianza ciudadana del mundo.

2

Digamos, sin conceder, que JD y los duartistas han manejado con honestidad el dinero público, y por tanto, todo, absolutamente todo lo que se ha dicho, se trata de malas entrañas, intrigas, perversidades, mala leche, mal fario, mal karma, mala vibra, envidiosos.

Digamos, sin conceder, que ningún duartista, ni tampoco el góber tuitero ni su familia, menos, mucho menos, su esposa y su familia, “han metido la mano al cajón” ni “ordeñado la vaca” como tanto le gusta pregonar a Gerardo Buganza Salmerón, el dos veces secretario General de Gobierno, tan purificado, que todos los días escucha misa y se arrodilla ante el sacerdote para confesarse y comulgar.

Digamos, sin conceder, que nunca, jamás, existió el jineteo bursátil de las participaciones federales ni tampoco la llamada “Operación licuadora” para desviar el erario federal y estatal a otros programas, a otras regiones, y/o al jineteo bursátil y/o a otros bolsillos.

Digámoslo así, pero…

Pero resulta que nadie le cree, y por tanto, el daño ya está hecho, y por añadidura, el descrédito y el desprestigio y la deshonra.

Lo digo Fidel Herrera Beltrán, no obstante: “Javier Duarte no fue lo que yo esperaba, pues hizo cosas que no tenía que hacer”.

3

El periódico Reforma publicó una exclusiva anunciando que la PGR iba atrás de JD y los suyos. Pero, cuidado, cuando la Auditoría Superior de la Federación interpuso las denuncias penales ante la PGR, la PGR “dejó pasar” unos días y luego se declaró incompetente y transfirió el asuntito al Fiscal de Veracruz y el Fiscal de Veracruz dijo, luego de una revelación metafísica, que era improcedente, porque ningún delito existía de por medio.

Así, y de manera habilidosa se cumplía la parte aquella del derecho penal de que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.

Y por tanto, nadie descarta que la posible filtración de la PGR al periódico Reforma del miércoles 27 de julio entraría en la misma jugada de la vez anterior. Y si, digamos, la investigación sigue su curso y se cumple al pie de la letra según los cánones penales, de pronto, la PGR otra vez se descargaría del asunto, y/o en todo caso, absolvería por completo al gobernador y a su familia consanguínea y política.

Y también, de paso, a sus aliados y a parte de su gabinete.

Tal cual, la autoridad tanto federal como local estarían echando un reality-show con varias bandas y que desembocarían en una sola circunstancia: JD y los suyos quedarían exonerados.

Y por tanto, tanto escándalo político y mediático del góber electo, Miguel Ángel Yunes Linares, quedaría en un simple show electoral.

La jugada sería tan magistral que en tanto la Suprema Corte de Justicia daría el visto bueno al recurso de inconstitucionalidad para tumbar la Fiscalía Anticorrupción, la PGR exoneraría a JD de enriquecimiento ilícito.

Y más, si la fuente de información de la PGR sobre los bienes de JD y compañía es Raúl Ramos Vicarte, titular del Registro Público de la Propiedad.

¡Vaya jugada magistral!

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