Seis años de ciencia ficción

Una vida de película

Duarte, el fantasioso

Por Luis Velázquez/Malecón del Paseo

EMBARCADERO: Entre más pasan los días y más Javier Duarte, JD, permanece escondido, más se destapa la cloaca alrededor…

Hoy se cumplen siete días prófugo de la justicia… Lo bueno es que la telenovela en que se ha convertido su vida sirve, incluso, para quedar alucinado y sorprendido con las barbaridades que todos ellos cometieron… Por ejemplo, Moisés Mansur, rico de abolengo y prosapia, rejoneador de oficio, cordobés, de pronto se convirtió en ejidatario en Campeche para comprar unos terrenos ejidales que luego vendieron como un fraccionamiento de lujo… Por ejemplo, la versión de que JD tiene seis perros, con cinco de los cuales decidió huir, porque tan acostumbrado está a ellos que son su piel y su entraña… Por ejemplo, la compra de una lanchita italiana de 9 millones de pesos que bien lo puede trasladar de la bahía jarocha al otro extremo del mundo, digamos, a España, donde se afirma tiene edificios y mansiones… Por ejemplo, la creación de las 34 empresas fantasmas, a nombre, algunas, de personas inexistentes en direcciones inexistentes, con el único objetivo de “ordeñar la vaca”, incluso, de llevarse la vaca a su rancho en el Valle de México, donde, oh paradoja, ordenó construir una alberca para sus caballos finos de carreras… Por ejemplo, mientras Juan Gabriel tenía el impulso incontrolable de comprar casas y a la hora de su muerte tenía una colección de cien mansiones, en menos de un sexenio JD se compró 14 residencias, en Veracruz, Xalapa, Córdoba, el estado de México, el DF, Woodlands en Texas y Barcelona en España… Por ejemplo, la revelación de Moy Mansur de que le había puesto sus bienes a nombre de Duarte, porque es su amigo desde la infancia, sólo que Duarte lo ignoraba porque deseaba darle una sorpresota…

ROMPEOLAS: Por ejemplo, la increíble y cándida historia de un joven político como Duarte que de pronto desarrolló una insólita capacidad para la mentira y mentía todos los días, a diestra y siniestra, para justificar su indolencia y sus errores… Por ejemplo, aquella aventura audaz y temeraria de enviar 25 millones de pesos en un avión en vuelo de Xalapa a Toluca, en denominaciones de 500 y mil pesos, nuevecitos todos, amarrados con ligas y acomodados en maletas negras… Por ejemplo, haber desaparecido en cuatro años nada menos y nada más que 35 mil millones de pesos, sin que al momento los haya justificado, a pesar de los alardes de su contralor, el cacique Ricardo García Guzmán… Por ejemplo, haber descontado a través de los seis secretarios de Finanzas y Planeación el pago de miles de maestros que adquirieron un automóvil y desviar el dinero millonario, a tal grado que ahora los profes están en el buró de crédito, a punto de perder hasta su casa, que dejaron en muchos casos en garantía… Por ejemplo, insólito, ninguno de los ex gobernadores en la mira de la PGR ha sido acusado como Duarte de delincuencia organizada y lavado de dinero, salvo, claro, los ex de Tamaulipas, Eugenio Flores Hernández y Tomás Yarrington, pero en la mira de la DEA, agencia antinarcóticos de Estados Unidos… Por ejemplo, la telenovela del horror y del terror incluye que en el antiguo SAS, Sistema de Agua y Saneamiento, dirigido entonces por José Ruiz Carmona, alias “El Pepín”, se chingaron la recaudación de una mañana del pago anticipado del agua… Por ejemplo, creer, estar seguro, de que todo gobernador se vuelve sexy y entonces, coleccionar barbies, a las que, en nombre del poder sexenal, otorgara cargos públicos en tareas superiores, donde además, tenían presupuesto…

ASTILLEROS: Otras cositas insólitas del duartismo… Además de que Javier Duarte y parte de su gabinete legal y ampliado y parte de sus amigos y socios se enriquecieron, el góber prófugo de la justicia también embarró a sus hermanos y a su esposa y a las cuñadas y a los suegros y al concuño… Es más, y para Ripley, los suegros tramitaron un amparo federal ante un juez en Coatzacoalcos y les fue negado porque se opusieron a declarar el domicilio particular… Más aún, en las últimas semanas, cuando ya miraban venir “la noche de san Bartolomé”, Duarte y Karime desalojaron la Casa Veracruz, de igual manera como en Coatza sus suegros, llevándose todo, y en el caso de Duarte, dejando intocable la sala de cine que tenía para mirar películas en las noches y hasta la madrugada, comiendo palomitas y tomando Frutsis, ron y tequila, la bebida preferida de Enrique Peña Nieto… El día en que la PGR obtuvo el permiso oficial para entrar a tres mansiones de Duarte en la Ciudad de México estaba vacía, de igual manera, digamos, como las casas de Joaquín “El chapo” Guzmán que sólo las tenía para refugiarse… Otro hecho insólito, entre tantos otros: en menos de un sexenio cambió y enrocó a 84 funcionarios, así nada más, por sus pistolas, en un arranque explosivo, sin rendir cuentas a nadie… Y en un ataque irascible, se afirma que les mentaba la madre y los corría con groserías de su oficina… Un día, en una comida, y como parte, quizá, de la euforia etílica, le asestó un besito en el cachete a Carlos Romero Deschamps, líder nacional de los petroleros, exclamando la siguiente frase célebre a los comensales, todos ellos funcionarios del gabinete… “Dicen que soy un come/hombres, ¿y qué?”; en tanto, una diputada local, güerita, de ojos azules, labios carnosos, piel blanca, sonreía a su lado… El estilo personal de ejercer el poder de Javier Duarte da y sobra para una telenovela de Telemundo que bien pudiera ensortijarse en el horario estelar de “El señor de los cielos”…

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