Y olvida, por añadidura
Y negocia la amnistía
Por Luis Velázquez/Barandal
PASAMANOS: Muchos están diciendo que el Yunes azul perdona, olvida y negocia amnistía.
Ya se concitó, por ejemplo, con Moisés Mansur y Jaime Porres, los amiguitos y prestanombres de Javier Duarte…a cambio de información.
También se ha dado, según parece, con Luis Ángel Bravo Contreras, quien luego de 34 meses renunció a la Fiscalía (elegido por el fugitivo para 9 años) a cambio de la impunidad y que tanto irritara a la diputada Maryjose Gamboa.
En el pasillo político se asegura veinte y las malas que también concurrió en el caso de los diputados federales, Érick Lagos Hernández (vía Rogelio Franco Castán, secretario General de Gobierno y quien durante 12 años le llamó “jefe máximo”) y Jorge Alejandro Carvallo Delfín, a través del senador Fernando Yunes Márquez, amigos desde cuando coincidieran como diputados locales.
Ahora, y según los quisquillosos el perdón, el olvido y la amnistía se ha dado con el diputado federal, Édgar Spinoso Carrera, quien habría entregado en prenda dos aviones de su flotilla aérea a la yunicidad, además, y sin ninguna duda, igual que los otros, a cambio de información exclusiva y privilegiada para descarrilar más, mucho más, a Javier Duarte.
Pero de igual manera, al cónsul de Enrique Peña Nieto en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán, el gran góber fogoso.
Y de ellos, y de ser así, quizá Spinoso habría aportado el mayor caudal informativo, si se considera el anuncio del góber azul al tomar posesión en el Palacio Legislativo de que tenía en investigación el dinero transportado en aviones de Xalapa a la Ciudad de México para entregarse en una mansión de la zona conurbada con el estado de México.
Claro, los profetas del desastre yunesco dirán que el anuncio sólo fue un calambre más, como aquel de que “cimbraría a México”.
En todo caso, sería un calambre más que habría rebotado en Barcelona, pues luego de tanto lodo arrojado a Javier Duarte, está demás seguir hundiéndolo.
BALAUSTRADAS: El estilo de ejercer el poder del Yunes azul sería claro y transparente.
Primero, igual que Fernando Gutiérrez Barrios, quizá en dimensión menor, tiene un aparato de investigación y espionaje para seguir la huella a todos, sin excepción, amigos y enemigos, políticos del mismo partido y políticos de oposición, líderes sociales y empresarios afines.
Segundo, con la información disponible, que llega a la vida privada, suele negociar.
Y tercero, negocia en lo oscurito.
Y cuarto, en ningún momento cierra la caja de Pandora, pues por el contrario, la deja abierta para multiplicar el terrorismo.
Más aún: en el discurso de toma de posesión lo dejo claro.
Se reunió, dijo, hasta en Canadá con Juan José Janeiro y Salvador Mansur, primo de Moisés Mansur Cisneyros, y le contaron y entregaron papelitos y grabaciones para descarrilar a Javier Duarte.
Incluso, en su momento advirtió que la información “explosiva la tenía resguardada en bóvedas de seguridad y había cuando menos tres copias de cada” juego.
Y por eso mismo el calambre a Fidel Herrera y el suegro de Javier Duarte, Tony Macías, con la expropiación de las 60 hectáreas en el área ecológica de Coatzacoalcos, con un valor de casi mil millones de pesos.
El poeta León Felipe una vez más fue vigente. “El miedo al miedo” aniquila a los hombres. Calambres les llamaba el góber fogoso.
Y en tales infortunios, varios duartistas tocaron a la puerta azul.
Y por lo pronto, unos han sido perdonados y enviados al olvido. Con la bendición de la amnistía de por medio.
En todo caso, con un Javier Duarte con 53 días prófugo, lo único importante en la vida es salvar el pellejo.
Cada quien, decía el góber interino, “es responsable de sus actos”…que también lo dijo Enrique Peña Nieto y lo replicó Enrique Ochoa Reza, el líder máximo del priismo
ungido por el santo dedazo presidencial, el líder natural de los taxistas de la Ciudad de México.
ESCALERAS: Los teóricos dicen que la política es el arte de la negociación.
Si es así, el góber azul por vez primera en su vida pública estaría negociando sin tener un superior. Solito. Dueño de su destino político y del futuro inmediato.
Ninguna tregua para sus antecesores. Y aun cuando, digamos, habría pactado impunidad a cambio de información nada descarta que al ratito apriete tuercas, y más, dada su biografía.
Incluso, el súper manotazo la tarde del lunes 6 en el poblado de Suchilapan, en Jesús Carranza, en el sur de Veracruz, con un saldo de 14 muertos en fuego cruzado con las fuerzas armadas, todos malandros, según se afirma del grupo de “Los chapitos”, expresa la mano férrea para pacificar la tierra jarocha.
Y en Veracruz, cierto, ha de restablecerse la seguridad en la vida y en los bienes, esencia básica del llamado Estado de Derecho.
Y al mismo tiempo, una guerra sin cuartel a la corrupción política.
Tal par de acciones le permitirán trascender, de igual manera como 40 días bastaran a Fernando Gutiérrez Barrios para recobrar el paraíso perdido.
Siete días después de tomar posesión en diciembre de 1996, Gutiérrez Barrios encarceló al primer cacique, Luis Rivera Mendoza, y sus pistoleros, que asesinaran a una familia, un bebé de 2 años, hasta con el tiro de gracia en Huayacocotla.
Cinco días después de tomar posesión, Miguel Ángel Yunes Linares ha recuperado mil 250 millones de pesos robados al erario por Javier Duarte y asestado el primer manotazo en el combate a los malandros.
Que ningún duartista ni tampoco ningún maloso cante victoria. El Yunes azul es imprevisible. Y más con el proyecto político familiar de por medio.
Editorial
