El Señor Justicia

Duartistas en sus manos

Prudencia en Edel Álvarez

Por Luis Velázquez/Barandal

PASAMANOS: Edel Álvarez Peña tiene el secreto político mejor guardado de Veracruz. Presidente del Tribunal Superior de Justicia sabe, antes que muchos, el momento en que la orden de aprehensión en contra de los duartistas ha de consumarse. Los jueces a su cargo cumpliendo la ley. Solicitando a la policía la captura.

Por el momento, ya tienen al primero en el penal de Pacho Viejo. Leonel Bustos, ex director del Seguro Popular, acusado del desvío de más de dos mil millones de pesos.

En la lista negra sigue Antonio Tarek Abdalá, el diputado federal de quien la Fiscalía ya pidió su desafuero al Congreso de la Unión.

Y uno de los fidelistas claves que también transitó en el duartazgo, Mauricio Audirac Murillo.

Titular del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior en el Fidelato, y Contralor y secretario de Finanzas y Planeación en el anterior sexenio, Audirac tiene la llave de la caja de Pandora.

Y Álvarez Peña ha confirmado que los jueces tienen ya conocimiento de las denuncias en su contra.

Otras más se las ha reservado. Los jueces y magistrados las están analizando, dijo. Incluso, hasta se excusó. “No tengo el dato”, argumentó en diálogo con la prensa.

Fue lacónico sobre Leonel Bustos. “Está detenido. Está en proceso. Los jueces evalúan la situación. Hay que estar pendiente”.

Cauto y mesurado, apenas y soltó prenda sobre Audirac. “Hay algo. Es lo que tenemos ahorita”.

Pero suficiente para saber que luego de Tarek, nacido en Tres Valles, a un ladito de Nopaltepec, sigue otro cuenqueño en la lista negra de la Yunicidad. Audirac, “uña y carne” de Fidel Herrera y que fue inhabilitado para ocupar un cargo público durante diez años en Veracruz a solicitud de su acérrimo enemigo público número uno, Ricardo García Guzmán, el cacique huasteco, ex alcalde y ex diputado local y ex Contralor.

BALAUSTRADAS: El presidente del TSJ está abierto a más órdenes de aprehensión.

Bastaría revisar la hemeroteca en los últimos 61 días para cuantificar tantas denuncias mediáticas en contra de la mayor parte de los secretarios del gabinete legal y ampliado que fueron en el duartazgo.

De hecho, nadie se salva. Muchos, con un amparo en la bolsa. La guillotina de la Yunicidad está más filosa que nunca.

Los yunistas han de documentar cada caso lo suficiente para que el agente del Ministerio Público, dependientes del Fiscal, les den curso y dictaminen el siguiente paso.

Luego, entran los jueces, dependientes del TSJ, para el mayor desahogo de pruebas y emitir el veredicto si inocente o culpable, que culpable ha de ser, porque ni modo de fallar al jefe máximo de la revolución azul.

Pero al mismo tiempo, prudencia y muchas, todas, horas de frialdad, para evitar un revire.

Y más, porque los duartistas se están defendiendo.

“Lo que hacen a uno… hacen a todo” dijo, echado para adelante, el diputado federal, Alberto Silva Ramos, refiriéndose al caso de Tarek Abdalá.

“Es mi amigo y creo en él” anotó su homólogo Fidel Kuri Grajales, uno de los políticos más ricos de Veracruz, concesionario del club de fútbol de los Tiburones Rojos.

En la otra cancha, el góber azul sigue empeñado en el descrédito de todo lo que resta del duartazgo y el fidelato.

Y lo más grave, con repercusiones que ya se miran.

El ex diputado federal y local y cacique en la sierra de Zongolica, Mario Zepahua Valencia, y la cacica de Acayucan y diputada local, Regina Vázquez Saut, por ejemplo, ya pronosticaron la derrota del PRI en la elección de presidentes municipales.

Se dirá que la justicia se está partidizando, pero en todo caso, siempre ha ocurrido así.

Por eso, entre más mesura en el TSJ para revisar cada caso y dictar sentencia, más vigencia de la Yunicidad.

ESCALERAS: Ex alcalde de Coatzacoalcos y ex presidente del CDE del PRI, apóstol del analfabetismo, Edel Álvarez es ahora “El Señor Justicia”, como les llamaban en Roma.

Y si como dice el ranchero “en política no hay hombre muerto”, entonces, la magistratura ha de ser el penúltimo cargo en su vida pública.

En la política mudó a empresario versátil. Desde cafeticultor hasta el servicio educativo y desde hotelero hasta periodístico. Su cadena de medios está en Veracruz, Tabasco y Chiapas, cohabitando con un trío de gobernadores, además del Yunes azul, PAN y PRD, con Arturo Núñez, del PRD, y Javier Velasco Coello, del PVEM.

Nunca, pues, sin conocer el desempleo y la Renata, que en lenguaje político significa la Reserva Natural del Talento.

Priista de siempre, multifacético, hombre universal que debió vivir en el siglo XVIII cuando todos los hombres lo eran, Javier Duarte, el prófugo de la justicia desde hace 106 días, lo expulsó de su paraíso por interpretar la ley tal cual y dejar en libertad a “El Silva”, a quienes le habían dictado condena por el asesinato de la reportera Regina Martínez Pérez, el 28 de abril de 2012.

El duartazgo lo habría arrojado a la Yunicidad, aun cuando con el góber azul son amigos desde la prehistoria.

Ahora, el destino social de muchos está en sus manos. Pero, ni modo, si “ordeñaron la vaca” como solía decir Gerardo Buganza, la ley ha de aplicarse.

Y la última palabra en el proceso penal está en su frialdad y prudencia jurídica.

“El Señor Justicia”.

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