Por Andrés Timoteo/Texto Irreverente
BALADRONADA
Lo sorprendente de la nueva bufonada del exgobernante Javier Duarte de Ochoa no es que se ponga en ayuno ni que se quiera inmolar por sus cómplices en el saqueo, con los cuales osa endilgarles el calificativo de “presos políticos” –risas-, sino que recurra a un espectáculo deprimente como intento de chantaje. ¿Acaso pensará que el Consejo de la Judicatura –federal y estatal- lo tomará en cuenta en su baladronada?
De acuerdo a los observadores, hay una lectura específica del asunto: amagar con hacerse daño, no comiendo –más risas-, más que un teatro es un indicio de desesperación. Las pruebas lo están cercando y todos los que se confabularon con él están aportando datos para evitar que salga pronto de prisión. Y por supuesto, indagar en su entorno invariablemente debe conducir hacía su esposa, Karime Macías, sus suegros y su familia consanguínea, es decir su mamá y hermanos.
Tarde o temprano ellos deberán ser requeridos por los tribunales y ante ese panorama, recurre a una victimización mediática que nadie cree. Al contrario, su carta enviada a la prensa provoco dos cosas, la risa y el enojo generalizado por tanto cinismo. Por demás, el chantaje que intenta hacer Duarte de Ochoa no producirá otro sentimiento que la burla y el coraje. La estrategia burda también pone en evidencia a sus abogados, encabezados por Marco Antonio del Toro, quien, retomando la misiva del exgobernante, aventura que perseguir a los saqueadores es una venganza política.
No tiene pudor el tipo en sumarse a la chunga con tal de cobrar lo que le pagará Duarte de Ochoa –con dinero robado, por supuesto-. Pero fuera de todo eso, no hay que perder de vista una pista importante: al parecer el litigante ya midió que no tendrá mucho éxito en lo jurídico y entonces recurre al circo mediático aunque éste no tendrá secuencia jurídica ni política y ni siquiera compasión popular. Y lo más patético de la situación es que fuera del abogado Del Toro, quien cobra por ello, nadie ha salido en la defensa de Duarte, ni siquiera sus parientes más cercanos.
PURGA UNIVERSITARIA
Una buena nueva para la comunidad universitaria: la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (UV) depuró la lista de candidatos a la rectoría, sacudiéndose a fidelistas como Rocío Ojeda Callado y Manlio Fabio Casarín, los aspirantes rojos, apuntalados por los añorantes del pasado. Es lo que se esperaba y es lo que sucedió, ninguno de ellos reunía los méritos académicos ni prestigio en el área de la investigación.
Vaya, si se comparan la currícula profesional –disponible en línea- de Ojeda y Casarín con la de los otros competidores, lo que provoca es pena ajena. Entonces, lista se redujo a tres, dos mujeres y un varón.: Sara Ladrón de Guevara –actual rectora que busca reelegirse- y la antropóloga Rosío Córdova Plaza, así como el biólogo Jorge Manzo Denes.
De ellos, aplicando un tamiz político –que sin duda prevalecerá, salvo que ocurra un prodigio- la que ya está descartada es Córdova Plaza por su filiación al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) –es esposa del alcalde electo de Jalapa, el también investigador universitario, Hipólito Rodríguez- y claro, en el rejuego por el 2018 no permitirán que la UV se convierta en una plataforma para el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, como ya se ha advertido en este espacio.
No hay que olvidar el caso del director del Hospital Regional de Coatzacoalcos, Roberto Ramos Alor quien fue cesado por exhibir públicamente su apoyo a Morena y atreverse a acompañar a actos proselitistas a la diputada federal, Rocío Nahle García. ¿A poco creen que pondrán la UV en las manos de una persona identificada con el partido del tabasqueño? Así, la lista se reduce a dos, Sara Ladrón de Guevara y Jorge Manzo Denes.
La primera tendría el respaldo del gobierno estatal y el segundo, aunque es un prestigiado investigador, políticamente está descobijado. Claro, la Junta de Gobierno se conduce por criterios distintos, aunque pese a esa dosis de independencia históricamente –al menos en Veracruz- el respaldo del poder estatal influye en sus decisiones. Todo eso se comprobará en las próximas dos semanas.
LOS INGHIMASI
Otra tarascada dieron los ‘lobos’ terroristas en la ciudad de Turku, Finlandia, la cual dejó dos personas muertas y seis heridas. Sucedió un día después de los ataques en Barcelona y Cambrils, España que dejaron 14 víctimas mortales. Ahora, un hombre atacó con un cuchillo a la gente en una plaza pública y así la tranquila Finlandia, tierra romántica de Papa Noël (Santa Claus) y el Rodolfo, su reno de nariz roja, se sumó al listado de los países bajo azote del terrorismo internacional.
En España y Finlandia están las pesquisas para detener a los autores de esos ataques y descubrir, a contrarreloj, si tenían planeado otros atentados. También en toda Europa se intensificó la alerta. Hoy estar en medio de una concentración masiva es riesgo inminente, como en su momento lo fue viajar en avión o laborar en una empresa u organismo internacional que eran los blancos tradicionales de los yihadistas.
En este contexto, salta al debate una denominación para catalogar el perfil de los atacantes con esta nueva forma de operar –usando vehículos o cuchillos para atacar en multitudes- y a quienes se les ha llamado de botepronto como “lobos solitarios”. Se trata del concepto “Inghimasi” (los que están más allá de la muerte). Un especialista del Medio Oriente, Omar Locatelli, sostiene: “No son lobos solitarios, son como los kamikaze japoneses que intentan producir el mayor daño posible matando gente en grupo, con la diferencia de que estos yihadistas quieren evitar su propia muerte. Son combatientes euro-parlantes (nacidos, crecidos o residentes en Europa) que han traído el terror de allende, desde los lugares de origen de ellos o de sus ascendientes”.
Envoyé depuis Paris, France.
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