PRI: salvando a los saqueadores

* A Tarek le imputan 23 mil millones  * El Cisne y los medios fantasma

Por Mussio Cárdenas Arellano/Informe Rojo

Tan filosa la uña de Tarek como la del Cisne, y no caen. Imputados de un saqueo de 30 mil millones, algo del descomunal atraco del duartismo, ni se inmutan, librando el desafuero, el juicio, el riesgo de ir a prisión. Gracias al PRI, son impunes.

Son la escoria intocable. Son, con otros duartistas, la runfla que se atrinchera en San Lázaro para burlar al fiscal de Veracruz, el chef Jorge Winckler Ortiz, que entre la paella y la justicia, le sale mejor la paella.

Uno, Antonio Tarek Abdalá Saad, diputado federal por Cosamaloapan, tenía la misión de concentrar los dineros del gobierno de Veracruz, la millonada de origen federal, ignorar los fines para los que se les etiquetó, aplicar la “licuadora” financiera y desviarlos. Fue clave el tesorero de Javier Duarte en la trama del saqueo.

Otro, Alberto Silva Ramos, legislador por Tuxpan, que responde al apelativo de Cisne o El Pato, dividía su miserable vida política en tres tiempos: el Twitter, la juerga y la entrega de millones a medios lacayos y a empresas fantasma desde la Coordinación de Comunicación Social.

A sus hijos, el PRI los encubre. Bajo su sombra, su complicidad, su silencio, el desafuero solicitado por Winckler no pegó, diluidas las ansias de justicia de esos 8 millones de jarochos que mínimo quieren ver a la pandilla duartista pagar con cárcel y más que arrancarles la piel, habría que extirparles algo de la entraña y mucho de lo que le robaron a Veracruz.

Una treta genial los salvó, la del titular de la Comisión Instructora, Ricardo Ramírez Nieto, cuyo alegato se centró en las omisiones del fiscal, al tiempo que Winckler lo encaraba de frente, aduciendo que ese no es requisito para imputarles el cargo por meterle la mano a las arcas públicas.

Y evitó el desafuero.

Ramírez Nieto y el PRI saben que los bribones son eso: bribones. Si hay lodo, ahí están. Si hay chiquero, igual.

Literalmente, el PRI fue cómplice de Javier Duarte, y si está tras las rejas es por su incontrolable lengua, el vértigo del poder, que lo llevó a expresar que tener agarrado a Peña Nieto de donde se manifiesta la virilidad. Ahí se jodió.

Historia para Netflix, la del PRI y el duartismo.

Le dispensó la quiebra financiera, siendo omiso ante los 80 mil millones de pesos que el ex gobernador desvió del erario; o los fondos federales que simulaba devolver al gobierno federal, obligado por la Auditoría Superior de la Federación, y que volvía a tomar antes de llegar a su banco de destino; o los recursos para áreas de seguridad y salud, de los que nadie volvió a saber.

Calló el PRI cuando el baño de sangre comenzaba a inundar Veracruz, siendo Fidel Herrera gobernador y los zetas se erigían como el cártel oficial. Eran los días en que se instruía a dueños de medios de comunicación a ocultar el nombre de grupo delincuencial, cuando decía Fidel que no sabía de zetas pero sí de marionetas, y su secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar, trivializaba conque sólo sabía de las zetas del abecedario.

Con ellos arrancó la historia sangrienta de Veracruz. Y el PRI en silencio.

Llegó Javier Duarte. Lo impuso Fidel Herrera. Y la pesadilla fue peor. Y el PRI en silencio.

Aquello no fue un gobierno, fue un cártel. Traficaban los malosos, secuestraban, extorsionaban, sus sicarios arrancando la vida de buenos y rivales, de mujeres y ancianos, de niños que apenas comenzaban a vivir. Y el PRI en silencio.

Su policía llegó a levantar, a torturar, a matar. Dejó de ser solución y se volvió parte del cáncer. Asesinaron al cantante Gibrán, montando un sketch para hacerlo pasar como criminal. Levantaron policías en Úrsulo Galván, de los que no se volvió a saber. Se llevaron a cinco jóvenes en Tierra Blanca, y sólo se ha podido comprobar que uno murió; presuntamente el ácido los cocinó. Y el PRI en silencio.

19 periodistas fueron asesinados, y luego enlodados por el aparato de justicia duartista, criminalizándolos, desviando las investigaciones, reacio el aparato judicial a admitir que los mataron por su trabajo, por ejercer su libertad de expresión. Y el PRI en silencio.

Hoy, el PRI salva a Tarek y al Cisne.

Por las manos de Tarek pasaron los mil millones de pesos que Javier Duarte ofreció al PRI, llevados en cajas de huevo, trasladados en un helicóptero oficial a un edificio de la Ciudad de México.

Hoy Tarek libra el desafuero para no enfrentar un juicio por el desvío de 23 mil millones de pesos, derivado de su operación financiera en los días en que era tesorero de Javier Duarte.

Hay contra el diputado por Cosamaloapan más denuncias. En un reporte de la Contraloría del gobierno de Veracruz admite que 315 millones de pesos sí se desviaron hacia tareas del propio gobierno, que se tomaron recursos de salud y seguridad.

Una más. Es por los desvíos en el DIF, cuando Karime Macías era presidenta y él, Tarek Abdalá, tesorero. Se trata de 41 millones de pesos sin justificar, pagando a empresas fantasma. Ellas son, Grupo Balcano, Pefraco, Ravsan Servicios Múltiples, Abastecedora Romcru, Centro de Recursos de Negocios Cerene y Anzara. Algunas de ellas también aparecen como proveedoras de otras dependencias como Sedesol estatal y la Coordinación de Comunicación Social.

Al Cisne Silva le resulta responsabilidad por sus correrías como vocero de Javier Duarte, su impulsor. Ya antes, cuando pasó por la Secretaría de Desarrollo Social estatal, tuvo en su lista de proveedores y constructores a empresas bajo sospecha, empresas fantasma, empresas con las que se perpetró el robo a Veracruz. Ahí hay otros 245 millones de pesos a investigar.

Sólo en el último año del gordobés el Pato de Tuxpan pagó 2 mil millones de pesos a la prensa duartista… y a empresas fantasma.

Son 2 mil 140 millones de pesos, y entre ellas la prensa que aplaudía a Javier Duarte, que callaba ante la debacle financiera, la quiebra, el saqueo a las arcas.

Una sola, Comercializadora AD Puebla, según información del periodista Ignacio Carvajal en Blog Expediente, se embolsó 161 millones 014 mil 579 pesos con 10 centavos. Y “no cuenta con referencias sobre sus operaciones en internet” (http://www.blog.expediente.mx/nota/27125/periodico-de-veracruz-portal-de-noticias-veracruz/el-cisne-desviaba-226-mdp-al-mes).

Ahí los Robles y sus medios —Diario del Istmo, Impresora Robles—, El Dictamen, los Heraldos de los Sánchez Macías, que exigen pago de deuda y disputan un terreno al gobierno de Veracruz; Diario de Xalapa; la ex secretaria de Protección Civil del duartismo, Yolanda Gutiérrez Carlín, dueña de Política, cuya edición impresa ya no circula, del círculo del senador priista Héctor Yunes Landa, y hoy ligada a Morena, aplaudidora del Peje López Obrador.

Y un pull que acaparó más de mil 400 millones de pesos sólo en 2016: Comercializadora SM, 84 millones 119 mil 578.60 pesos; Construcciones Cehya, 71 millones 957 mil 341; Constructora Haguen, 69 millones 852 mil 118; Comercializadora Alcon, 65 millones 502 mil 298; Edificaciones Tatsumi, 64 millones 980 mil 884; Asociación de Agroproductores SADE, 64 millones 604 mil 906.99; Edificaciones Aperire 62 millones 235 mil 960 pesos; Comercializadora Ipfilon, 61 millones 426 mil 703; Denau, 60 millones 82 mil 896; Edificaciones Abissimus, 59 millones 714 mil 254; Maquilas y Confecciones Dayes, 58 millones 413 mil 227; Comercializadora Universal Xalver, 58 millones 362 mil 334, y Televisión de Puebla (Televisa), 55 millones de pesos.

A todos les untaba la mano Alberto Silva y del saqueo sólo dice que no manejaba recursos, no pagaba, no le metía la mano al cajón. Falso.

Le metía la mano a los sobres y rasuraba los chayotes para la prensa acreditada ante la Coordinación de Comunicación Social. De algún lugar se financiaban las juergas y las chicas, los aplausos sin ton ni son, el maquillaje a Javier Duarte que a la postre fue mala inversión. Nada pudo contener la debacle, el desgobierno, la corrupción, el escándalo, los efectos de haber constituido el Cártel de Duarte, el narcogobierno, el baño de sangre.

Su prensa duartista, los beneficiarios del saqueo, callaron entonces y hoy exigen justicia, fustigan por la violencia mientras fueron damas de compañía del desgobernador.

Hoy, no levantan la voz contra Tarek, ni contra El Cisne, ni contra el PRI. Todos, con su silencio, fueron cómplices. Todos son cómplices.

Así son y así es el PRI. A sus hijos siempre los va a encubrir.

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