Falleció la destacada periodista y columnista de sociales, Lucila Lima Cabrera “Lulica”
En el 2015, fue entrevistada por Expreso de Tuxpan y cuestionó el que Tuxpan siga siendo un “cesto de jaibas”, por su mentalidad pueblerina y mediocre
Por Ramón Rodríguez Rangel
Lucila Lima Cabrera “Lulica”, fue durante más de 50 años, un símbolo del periodismo de sociales en Tuxpan, con su estilo característico y ameno, en sus columnas publicadas principalmente en el periódico la Opinión, en donde alternaba lo social, con la crítica mordaz del ámbito político y también económico y cultural de Tuxpan.
Lulica en sus columnas periodísticas, generaba controversia, se movía como pez en el agua en medio de “la sociedad tuxpeña”, pero también gozaba de simpatías en el sector popular, muy querida desde luego en el medio periodístico, siempre decía lo que pensaba, se molestara quien se molestara, era sincera, no le daba lugar a la hipocresía, aunque algunos de los que trataron con ella, se llegaran a resentir alguna vez.
Su plática siempre fue amena, rica en anécdotas, nunca perdió su sentido del humor, era una mujer grande de edad, pero conservaba su espíritu joven, se daba tiempo para hacer sus crónicas y columnas de sociales y hacer sus compras de despensa en el mercado municipal, en donde saludaba y platicaba con sus amigos los comerciantes.
La amistad para ella, era un don, sabía ser amiga en las buenas y en las malas, por ello fue muy estimada en los diversos círculos de Tuxpan, su desaparición física, deja un vacío irreparable en el periodismo social en esta ciudad y puerto.
En la entrevista realizada en 2015, por este mismo medio de comunicación, llamo a los tuxpeños a cambiar de actitud, “…dijo que lamenta que Tuxpan siga siendo un pueblo atrasado, que no obstante la terminación de la autopista México-Tuxpan, que nos hace estar a 2 horas 45 minutos de la ciudad de México, persista en este puerto la mentalidad aldeana, pueblerina, de cesto de jaibas, en donde si una persona quiere salir adelante, quiere progresar, quiere escapar de la mediocridad tradicional, hay que detenerlo, descalificarlo, tratar de meterle la pata, hablar mal de él, porque pensamos absurdamente “¿por qué sale él de la cesta y no yo?”.
Cuestionó a los políticos que se pierden en el poder, volviéndose déspotas y prepotentes, ya que esto el mismo Dios en la Biblia lo aborrece, porque dijo que él rechaza a los altivos.
Destacó que la sencillez debe ser la principal cualidad de las autoridades y los políticos, porque no estamos en la época de los faraones y los políticos se deben a su pueblo, nada más que luego se marean y se les olvida.
Avizoró que vendrán nuevos tiempos y Tuxpan tendría que cambiar, dijo que vendría gente de fuera, con otra visión y entonces podría surgir un nuevo espíritu progresista en este puerto.
¡Descanse en paz Lulica Maya!
Editorial
