Beneficios del juego libre o no estructurado para los niños

Beneficios del juego libre o no estructurado para los niños
Los invito a preparar nuestro pequeño laboratorio de experimentación en casa. Los niños aprenden más rápido en este tipo de ambientes
Por Ruth Alfonso Arias /El País

Observando a mis hijos jugar en la playa recordé aquello que siempre me decía mi padre cuando era niña: “no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita”. Esa felicidad de la que hablaba mi padre es la que encontraron mis hijos estos días jugando en la playa con el agua, la arena y las conchas.

El juego es una herramienta fundamental para que el niño entienda el mundo que le rodea, en ocasiones a los adultos nos cuesta permitir que este se desarrolle libre y sin directrices, dicho de otro modo permitir que sea libre y espontáneo.

André Stern plantea un valioso interrogante en su libro “Jugar”: “¿qué es lo primero que hace un niño cuando lo dejamos tranquilo? Todos los sabemos, jugar, eso es lo que haría siempre si no le interrumpiéramos”.

Tan importante es permitir que los niños jueguen como los materiales que les ofrecemos.

Supongo que alguna vez te has visto en esta situación: le has regalado a tu hijo el juguete que lleva meses pidiendo y de pronto solo juega con la caja. Los adultos solemos sorprendernos e incluso a veces, recriminamos su actitud. Pero aquellos que estamos acostumbrados a trabajar con la infancia sabemos que son capaces de crear, imaginar, construir, soñar con cualquier cosa. Pueden demostrarnos que una simple caja tiene infinitas posibilidades de juego.

¿Qué tipo de juguetes les brindamos? ¿Son adecuados a su edad? ¿Qué posibilidad de juego ofrecen? Estas son algunas de las preguntas que deberíamos plantearnos los padres y madres así como los profesionales de la educación cada cierto tiempo.

Los niños casi siempre muestran interés por objetos cotidianos ¿Por qué? Porque les otorgan un gran valor a aquello que nos ven usar con frecuencia. Sin embargo, con nuestra mirada de adulto y acostumbrados al exceso de intervencionismo en su juego desde que son bien pequeños, acabamos matando su curiosidad con frases como: “eso no se toca”,” es de papá o mamá”, “así no se juega con eso”, etc.

Hemos de establecer límites ya que habrá muchas cosas en casa que seguramente no deban tocar ya que pueden ser peligrosas o bien no adecuadas, pero hay infinitas cosas más como anillas, latas, tubos o piezas sueltas como las denominó el arquitecto Simón Nicholson, en su artículo, “The Loose Parts Theory”. En palabras de Nicholson “En cualquier entorno, tanto el grado de inventiva como de creatividad, como la posibilidad de descubrimiento, son directamente proporcionales al número y tipo de variables que haya”.

Esta teoría se fundamenta por un lado, en la afirmación de que los seres humanos en su mayoría son seres creativos. Y por otro, en la afirmación de que a los niños les gusta jugar e interactuar con diversos materiales y formas; con los olores, los gases, los sonidos, la música, el movimiento, los animales, las plantas… A todos les encanta experimentar, descubrir, jugar y pasárselo bien con estas cosas.

A veces lo más simple puede ser el mejor material de juego: un palo, piedras, tapones, un rollo de papel. Priscila Vela en su libro “Piezas sueltas” define estos materiales como cosas, objetos, utensilios, ingredientes, que tienen en común una cosa: “sin ser NADA, pueden ser TODO. El único límite es la imaginación de quien las usa”.

El uso de estos materiales nos devuelve a nuestra infancia donde el barro era nuestro mejor juguete.

Por tanto, los niños necesitan más espacios de juego con piezas sueltas promoviendo un aprendizaje más abierto. Os invito a preparar vuestro pequeño laboratorio de experimentación en casa. Los niños aprenden más rápido en este tipo de ambientes.

¿Dónde podemos encontrar piezas sueltas?

Sencillo, en cualquier lugar, algunos ejemplos:

-Elementos naturales (piñas, hojas, concha, musgo, calabazas).

-Elementos reciclados (cajas de cartón, hueveras, envases, botellas, lija, rollos de papel).

-Elementos de ferretería (trozos de manguera, candados, tornillos y tuercas, muelles).

– Textil (trapos, fulares, lazos, fieltro, madejas de lana).

Es importante como presentamos el material debe estar ordenado, en cajas o cestos y a su alcance, observar los intereses, cambiarlo cada cierto tiempo y cuidar la seguridad de los más pequeños.

¿Qué beneficios tiene jugar con materiales no estructurados?

– No están creados para un fin u objetivo concreto, permiten múltiples posibilidades de juego apilar, clasificar, ensartar.

– Desarrollan la autonomía y la capacidad en la toma de decisiones.

– Desarrollan respeto hacia sí mismo y hacia el entorno.

– Favorecen la curiosidad natural y el desarrollo de la creatividad.

– Está libre de estereotipos no corresponden a ningún género o rol específico.

– Se adaptan a la etapa evolutiva en la que se encuentra el niño.

 “El cerebro se desarrolla en función del entusiasmo con el que se utiliza», de Gerald Hülter.

 

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