El equipo de Barbacid elimina el cáncer de páncreas en ratones modificados genéticamente

El bioquímico reconoce que el éxito logrado en seis roedores es, de momento, impensable en humanos

 

Por: Manuel Ansede/El País

 

El conocido bioquímico Mariano Barbacid ha convocado esta mañana a los medios de comunicación para anunciar que su equipo “ha podido eliminar por primera vez” en ratones los cánceres de páncreas más habituales. Son los tumores más letales que golpean a los seres humanos: apenas el 5% de los pacientes sobrevive cinco años después del diagnóstico. “Me preocupa mucho dar falsas esperanzas. Quiero dejar muy claro que no va a servir para las personas que en estos momentos tienen cáncer de páncreas”, ha declarado en una multitudinaria rueda de prensa en Madrid. “Esto lo que hace es abrir nuevas puertas”, ha subrayado.

En más del 95% de los casos, la mutación iniciadora de los tumores humanos de páncreas aparece en KRAS, un gen que en condiciones normales evitaría precisamente la proliferación celular. Desde su descubrimiento en 1982, la comunidad científica ha publicado unas 36.000 investigaciones sobre dicho gen y su relación con el cáncer, pero todavía no existe ningún fármaco para inhibir su actividad cuando se desboca. “O somos incompetentes o es complicado”, ha bromeado Barbacid, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid.

«Quiero dejar muy claro que no va a servir para las personas que en estos momentos tienen cáncer de páncreas», ha advertido Mariano Barbacid

La estrategia del bioquímico ha sido crear 12 ratones modificados genéticamente para presentar estas mismas mutaciones en KRAS y otra habitual en otro gen, el TP53. A continuación, ha modificado de nuevo los genes de los roedores para lograr la inhibición de una molécula fruto de la mutación en el gen KRAS —llamada c-Raf— y el bloqueo de otro de los sospechosos habituales en el cáncer: el receptor del factor de crecimiento epidérmico. Esta complejísima modificación genética, impensable en humanos, ha logrado inducir el cáncer y luego eliminarlo en seis de los ratones tratados.

“Hasta ahora, nunca se había observado la desaparición (regresión completa) de cáncer de páncreas avanzado en ningún modelo experimental”, ha asegurado el CNIO en un comunicado. La investigación, publicada en la revista Cancer Cell, muestra además que este enfoque experimental también sirvió para bloquear el crecimiento de nueve de los diez tumores de páncreas humanos implantados y cultivados en otros ratones inmunodeprimidos. Según Barbacid, la aplicación de esta estrategia a personas no llegaría antes de cinco o diez años, si llega.

“El estudio abre una vía de investigación para mejorar el pronóstico de pacientes con cáncer de páncreas, pero está lejos de poder aplicarse en pacientes”, advierte el médico Enrique de Madaria, vicepresidente de la Asociación Española de Pancreatología. “Actualmente, no hay medicamentos que bloqueen de forma selectiva c-RAF sin efectos indeseables a otros niveles”, subraya el experto, que no ha participado en el nuevo trabajo. “Este estudio insta a investigar nuevos fármacos que ofrezcan esperanza a pacientes con cáncer de páncreas”, apunta De Madaria, especialista en el Hospital General Universitario de Alicante.

Los autores han instado a lanzar una Estrategia Nacional de Investigación en Cáncer

En la rueda de prensa de Barbacid también han comparecido Marta Puyol, directora de investigación de la Asociación Española contra el Cáncer, y Alfredo Carrato, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Puyol ha instado a los partidos políticos a poner en marcha cuanto antes una estrategia nacional de investigación en cáncer, con el objetivo de duplicar la inversión y alcanzar un 70% de supervivencia global en España para el año 2030. Actualmente, el 53% de los pacientes siguen vivos cinco años después del diagnóstico, un plazo suficiente para considerarse curación en muchos tumores. El éxito varía desde el 85% en el cáncer de mama hasta el 5% en los tumores de páncreas.

El inmenso reto ahora es “conseguir en los pacientes lo que Mariano [Barbacid] consigue en sus ratones”, ha reconocido Carrato. El oncólogo ha detallado la magnitud del enemigo. Las personas con cáncer de páncreas presentan síntomas muy poco específicos, como las náuseas, la pérdida de peso y el dolor abdominal o lumbar. “Es muy frecuente que el paciente lleve con dolor de espalda un año y no se le diagnostique el cáncer hasta que se pone amarillo”, ha expuesto Carrato. “Es una realidad que llegamos tarde al diagnóstico”.

Cuando el tumor se detecta, suele ser demasiado tarde: la cirugía ya no es factible y los tratamientos con quimioterapia y radioterapia son ineficaces. “Estamos ante una urgencia sanitaria de primer orden”, ha alertado Carrato. En España se registran unos 4.000 casos anuales, según los datos de la Asociación Española contra el Cáncer.

“Vale la pena destacar cualquier trabajo que aporte potenciales nuevos tratamientos a este tumor”, aplaude la médica Teresa Macarulla, del Hospital Universitario Vall d’Hebron, en Barcelona. A su juicio, el nuevo trabajo es “esperanzador”, pero “hay que ser cautos con los resultados, dado que los autores reportan datos de pocos modelos”. De momento, la nueva estrategia solo ha tenido éxito con seis ratones.

 

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