El periodismo no puede seguir siendo fábrica de idiotas

Las palabras que reproducen los medios pueden servir para la buena o mala formación de las personas

 

Por: Ramón Rodríguez Rangel

 

Quienes crean que la representación del día del periodista, donde los políticos conviven con los informadores es la consumación de la realidad virtual, se equivocan, no tanto por la naturaleza del poder y por un sector vulnerable económicamente, como lo es el de los comunicadores, sino porque atrás de los medios hay una sociedad cada día más exigente de veracidad en la información  Y que participa en el propio proceso de comunicación aprovechando las nuevas tecnologías

El derecho a la información, no es ni lo debe ser nunca, una “patente de corzo » del periodista , sino por el contrario , el derecho de la sociedad a recibir  información  objetiva, oportuna y completa.

En un mundo con los derechos humanos que no se cumplen  y últimamente en el mundo con movimientos que tienen a la democracia y a las libertades, bajo amenaza, el papel de los medios de comunicación, de la información Y del periodismo, cobra importancia mayúscula.

Si en otros tiempos ser periodista fue un estatus,  ahora lo es de gran responsabilidad. La educación, preparación  y formación de las personas no está sólo en manos de los agentes educadores, padres de familia y maestros, sino de quienes tienen todo el acceso a la palabra expresada públicamente, y la palabra pública tiene un fin demagógico o por lo menos persuasivo, puede utilizarse para bien  , o para mal, como decían los griegos a propósito de la retórica, la retórica o la oratoria podía servir para causas justas o injustas y de igual forma , las palabras que reproducen nuestros medios de comunicación pueden servir para la buena o mala formación de las personas

Para construir nuevas formas de autonomía de pensamiento, nuevas inteligencias, o para seguir construyendo  nuevas legiones de «neets», «ninis» o de idiotas, como advirtiera el filósofo italiano Humberto Eco.

El periodismo que requiere nuestro tiempo tiene que promover no sólo la lectura de la información, sino su comprensión ,buscar que  el ciudadano cobre  verdaderamente su sentido de la realidad, que conozca y logre analizar lo que ocurre en la ciudad, en el estado, en el país y en mundo  y que le podrá afectar en su beneficio o perjuicio.

En este sentido, la ética tiene que ser en el periodismo un proceso dialógico de contrastación de opiniones, boudelesis  o proanesis como dijo Aristóteles, para generar las condiciones para impulsar al ser humano , al concepto más avanzado de la teoría social moderna , como lo afirma el filósofo alemán Habermas, la acción comunicativa que debe estar orientada a ala importante y trascendental , comprensión intersubjetiva, libre y sin impedimentos de ningún tipo de los hechos.

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