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Hablan las mujeres de los náufragos del “Aleta Negra” Dolor, angustia y esperanza

De cara al río, punto de atraque de la flota atunera de este puerto, cinco mujeres piden con urgencia que la Secretaría de Marina intensifique la búsqueda de sus esposos

Tuxpan, Veracruz. México.– De cara al río, punto de atraque de la flota atunera de este puerto, cinco mujeres piden con urgencia que la Secretaría de Marina intensifique la búsqueda de sus esposos, desaparecidos el 11 de enero en profundas aguas del Golfo de México, en los límites con Estados Unidos.

Sus cuerpos están cansado ante la espera sin fin y sus ojos se ven hinchados por el llanto y el desvelo, pero la esperanza las mantiene de pie mirando la corriente del caudaloso río que el 4 de enero permitió la salida del barco “Black Fin”, donde ellos salieron a pescar atún al mando de Hugo Morales Hernández,  de 37 años.
familiares de naufragos tuxpeños La tarde del 11 de enero de 2011, los fuertes vientos del norte del frente frío número 20 produjeron olas de más de 10 metros de altura, colapsando el sistema náutico de una embarcación atunera procedente de Tuxpan.
Con 17 años de experiencia como capitán de barco, Hugo Morales alcanzó a enviar una llamada de auxilio a las embarcaciones cercanas, y lo último que el atunero “Aleta Amarilla” escuchó es que se estaban yendo “a pique”.
Es posible que el  “Aleta Negra” haya dado vuelta al haber sido golpeado por una ola atravesada, y pese a la experiencia del capitán, las cosas a veces se salen de control ante la fuerza impredecible de la naturaleza, dice el hermano de Miguel Enrique, uno de seis pescadores tuxpeños desaparecidos.
Los pescadores viven endeudados y carecen de aguinaldo
Un hombre que su vida entera la dedicó a la pesca, quien lamenta que las aguas del mar se hayan tragado a su padre y a su hermano hace 29 años en el barco “Tecolutla”, dice sacando a flote el  dolor de su alma: En altamar uno se enfrenta a montañas de agua, pero la necesidad del hombre sin empleo, es mayor a todos los peligros que esta actividad ofrece.

Luis Castillo es su nombre y desde el 11 de enero de 2011 se da tiempo para acompañar a las  esposas de Hugo Morales Hernández, Rutilo Fuentes González, Miguel Cruz Sánchez,  Alexander Carballo Calixto, Raúl Nicanor Reyes,  y a los padres del joven biólogo,  Álvaro Melchor Barrios, tripulación del navío desaparecido, quienes en el muelle esperan noticias recientes de Capitanía de Puertos o el sector naval.

Este hombre de 60 años, acompañado de otros hombres de mar, refirió que Alexander y Enrique acaban de regresar de Estados Unidos donde habían laborado varios años. Alexander oriundo de Potrero del Llano, trabajó como agricultor en Carolina del Norte. Miguel Enrique también había llegado a Tuxpan para pasar la navidad con su familia, pues tenía varios años trabajando como soldador en Georgia. Ambos analizaban la posibilidad de regresar a Estados Unidos, pero como las condiciones para los inmigrantes están muy difíciles, ellos decidieron emplearse por unos días como marinos en el barco atunero este trágico enero.
Ellos habían decido emigrar como ilegales, dijo su conocido, porque en México la situación económica está muy difícil. Los hombres de mar viven endrogados, y al desempleado no hay quien los ayude. Mientras que en Estados Unidos un desempleado es ayudado por el gobierno con la entrega de alimentos básicos cada mes, en México cada quien sobrevive como puede.
En México, dicen los familiares de los náufragos, ni gobierno ni empresarios dan nada a los hombres que en el trabajo entregan toda su fuerza de trabajo, y menos en los barcos. Los marinos de barcos pesqueros no saben de vacaciones, aguinaldo ni nada de nada.

Y respecto a la posibilidad de que los seis hombres del barco atunero estén con vida, los hombres presentes dicen.- Un capitán tiene la experiencia suficiente para  cruzar un temporal de norte y guarecerse en un lugar cercano, pero debido a la lejanía de la costa -500 kilómetros al este de Matamoros, Tamaulipas-, este posibilidad disminuye quedando las opciones de que hayan logrado salir del barco en la lancha de emergencia o el fuerte viento haya volteado la embarcación hundiéndola totalmente, quedando los pescadores atrapados en su vientre.

Eugenia, esposa del capitán aún espera el pago de diciembre
Eugenia Hernández Aquino, esposa del capital del barco hundido dijo que Hugo siempre ha trabajado en el mar y muchas veces ha enfrentando la fuerza del viento haciendo que él y la tripulación se acuesten en el suelo para no caerse, por lo bravo del temporal.
Padre de tres niños de 12, 8 y un año, Hugo Morales Hernández no recibió el salario de su penúltima salida al mar de diciembre porque la pesca fue mala, y por ello volvió a embarcarse el 4 de enero. A la fecha Eugenia no ha recibido ningún pago de parte de los dueños del barco, y dice que la navidad y el año nuevo lo celebraron como Dios les ayudó, pero por lo menos estuvieron juntos.

Hijo de agricultores de Higueral, Hugo Morales ha trabajado en barcos atuneros ganando a veces bien y a veces nada, según la captura, y en este momento Eugenia solo pide que su esposo aparezca. Ella cree que su esposo está bien, y como dicen los familiares de los náufragos desaparecidos: La esperanza muere al último.
SEMAR continúa búsqueda y rescate del barco “Black Fin”
La hermana de otro tripulante que habla a distancia con el representante de los empresarios atuneros, Alejandro Mancha, señala que mientras Capitanía de Puertos les  asegura que barcos de la Secretaria de Marina y un guardacostas de Estados Unidos están monitoreando el área del siniestro, ella dice que familiares en Miami le informaron que la guardia costera buscó únicamente el miércoles y el jueves, y que EU necesitaba autorización del gobierno de México para sobrevolar en aguas mexicanas.
Alejandro Mancha, representante de la empresa K&B Tuna bajó a hablar con los familiares de los náufragos, cuando los representantes del alcalde Alberto Silva Ramos, Enrique Rodríguez y el biólogo Henri Márquez Escudero, acudieron a refrendarles su apoyo al muelle.

Alejandro Mancha aseguró el domingo a las 2 de la tarde que a la búsqueda de la tripulación se han unido embarcaciones pesqueras de Yucatán y Campeche, y que la SEMAR está realizando la misma operación con la patrulla oceánica Veracruz.

Las angustiadas madres dijeron que el sector naval les informó que la Secretaría de Marina continúa realizando operaciones de búsqueda y rescate del barco “Black Fin” propiedad de K&B Tuna SA de CV administrado por José Bisteni, y que la patrulla oceánica Veracruz está en comunicación constante con la oficinas centrales de SEMAR para que en el momento en que haya un indicio de la embarcación o la tripulación, los familiares sean notificados de inmediato.

Capitanía de Puerto: Guardia Costera de Estados Unidos apoya búsqueda
El capital de puerto de Tuxpan, capitán Gasmar Cime Escobedo, informó que el barco atunero desapareció el 11 de enero a las 17 horas en la posición geográfica Latitud N 24° 41.7 min. Longitud O 92° 21.0 min. A 270 millas náuticas al este del puerto de Matamoros – 500 kilómetros al este.
Dijo que el “Black Fin” salió el 4 de enero  Tuxpan a pescar atún y la llamada de auxilio fue captada por el barco Escorpión, quien acudió en su auxilio.
El viernes 14 aseguró el funcionario federal que diez barcos buscan al “Aleta negra” siendo dos son de la Armada de México y que el viernes se unió a la búsqueda una avioneta de la Guardia Costera de los Estados Unidos.
La capacidad de la embarcación hundida hace seis días es de 98.2 toneladas siendo su matrícula 3001544323-1, y según el boletín de la SCT, en altamar se encontraron enseres domésticos del barco atunero, no así los chalecos ni la balsa de emergencia.

El capitán Gasmar Cime Escobedo indicó que la flota atunera en Tuxpan está compuesta por 14 barcos, y agregó que las embarcaciones están en buenas condiciones por lo que atribuye como causa del naufragio el mal tiempo imperante ese día.
Capitanía de Puerto emitió un  Aviso de Emergencia Marítima a la SCT el mismo 11 de enero, por el hundimiento de una embarcación pesquera.
Finalmente, las esposas, madres y hermanas de los seis pescadores del barco atunero, aseguran que la embarcación en la que iban sus familiares era muy  chica, que no del tamaño de los que el domingo se ven en el muelle de atraque.

Pese a que el frio y el viento del norte de estos días de enero han sido intensos, las mujeres mantienen viva la esperanza de que los pescadores estén con vida, pues el hecho de no aparecer los chalecos salvavidas y la lancha de rescate es una señal de aliento para ellas y sus familias.

Inés García Nieto

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