Los aliados descoordinados como el ejército del “centauro del norte”
Por Ramón Pérez Maura
No paramos de mejorar. Mientras el Consejo Atlántico era incapaz el pasado miércoles de ponerse de acuerdo sobre quién va a ser el que lleve la voz cantante en la guerra libia cuando los norteamericanos se retiren en los próximos días, los aliados (¿aliados???) tampoco logran convenir cuál es el objetivo real que se han marcado. Y de lo que piensan hacer después de la guerra, mejor ni hablemos.
Hace ya días que sabemos que hay claras discrepancias. Francia quiere mantener a la OTAN alejada del mando de la operación aduciendo la sensibilidad de los árabes –aunque todos sospechamos que las sensibilidades son más bien gaullistas. Frente a esa opción, británicos e italianos, que son los que están ofreciendo sus bases para las operaciones, quieren un mando unificado bajo la OTAN, que en este tipo de operaciones tiene alguna experiencia. Hoy mismo el ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, ha asegurado que la OTAN asumirá el mando de las operaciones contra Libia, lo que tampoco parece la vía más adecuada para manifestar un nuevo consenso.
Suponiendo que los aliados puedan llegar a algún acuerdo en esta confusa maraña, en la que parece sobresalir la opción de un “comité de dirección política” que propone el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé –quien no ha tenido la amabilidad de explicarnos qué es eso- el siguiente reto sería, ¡nada menos!, que ponerse de acuerdo en cuáles son los objetivos de esta guerra. En España oíamos el domingo al ministro Blanco decir que íbamos a liberar Libia y a Zapatero el martes que ese no era el objetivo. Ya sabemos, en fin, lo que le gusta a este Gobierno que le marque la pauta Obama. Porque el presidente norteamericano, antes de empezar el ataque sobre Libia dijo que Gadafi tenía que irse. Pero una vez que se puso en marcha la operación, rebajó las expectativas a impedir que se sigan masacrando civiles –y todavía hoy hemos visto cómo ha sido necesario derribar un avión libio.
Para quienes están tan contentos por tener una guerra avalada por el Consejo de Seguridad de la ONU, me atrevería a aconsejarles que reflexionen un poco sobre lo que se consigue teniendo que pactar una resolución en ese foro: se logra un mínimo común denominador con el que después no se sabe qué es lo que se puede conseguir. Y los aliados acaban siendo lo más parecido al Ejército de Pancho Villa. Cada uno tiene un objetivo distinto. En Irak sabíamos que Sadam no podía continuar en el poder antes de pegar el primer tiro. Aquí llevamos mucho disparado y todavía no hay acuerdo sobre lo que queremos hacer. Y mucho menos cómo hacerlo. Grande. ( ABC)
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