Expreso de Tuxpan ,un valor que los tuxpeños deben apreciar:
Braulio Peralta
Por Braulio Peralta
He sido un periodista de papel impreso casi toda mi vida. La revolución de internet y las redes sociales han venido cambiando los paradigmas del, ya podemos decirlo, viejo o antiguo periodismo. Hace años que no leo un periódico de papel. Me acostumbré a “leer en línea”. La investigación que nos acostumbraba a guardar noticias o artículos o reportajes que hacen la historia contemporánea, terminó en “bajar” la información al archivo de nuestra computadora o celular. O cambia uno, o desapareces del mapa. Yo decidí cambiar.
No me ha resultado nuevo eso de cambiar, porque en 40 años de oficio periodístico he tenido que pasar de la máquina de escribir a la computadora. De enviar información por télex o fax, al sistema directo de los servicios digitales. Lo peor: si hoy no existes en las redes sociales, adiós al periodismo de investigación. Pero hay algo más catastrófico por el peligro que conlleva: hoy somos informantes, replicantes, opinólogos…de tal forma que si un periodista no sabe comunicar con precisión su oficio, hasta eso se encuentra en peligro de extinción. Trabajar más y mejor en vez de convertirte en la estupidez de creerte todólogo. El rigor de escribir de lo que sabes es regla básica en la honestidad de un periodista.
Sí señoras y señores, jóvenes y jovencitas, niños y niñas: un periodista tiene la obligación de ser certero en sus juicios si lo suyo es informar como si fuera una ecuación matemática. Porque no se trata de opinar, sino primero saber y, sobre todo, decirlo o escribirlo bien bonito, clarito, sin dudas sobre la certeza del tema. No funciona la cara bonita de la televisión en materia informativa. Justo por eso la televisión se está quedando atrás en esta revolución mediática. Feo, bonito o regular importa tener capacidad, credibilidad y solidez de lo que escribes con pelos y señales a fin de que un lector posible de crédito de tus conocimientos. Si es sencillo, mejor. Si es complejo, con calma lo explicas y sabremos el valor de las naranjas y los tomates.
¿Por qué explico de manera sencilla, sin teorías, lo que estoy escribiendo?
Porque me ha venido asombrando los últimos años encontrarme un periódico digital en el último puerto del Estado de Veracruz, capaz de saber que internet es y será el futuro de todo tipo de comunicación. Desde su aparición hace nueve años este portal empezó con la convicción de hacer periodismo de primera sin necesidad de imprimir ni gastar un gramo de papel en bien de los árboles del mundo. Con pobreza de recursos, sí, pero le ganó al diario español El País que apenas hasta hace unos días desapareció su impreso para ser estrictamente digital. Expreso de Tuxpan le ganó igual a varios diarios de la capital de México que presumen de modernos y siguen insistiendo en el impreso cuando las ventas demuestran lo contrario porque hay que buscar las ganancias y a los lectores por otra parte. Expreso de Tuxpan lleva nueve años en las redes sociales. No es poca cosa…
No es un halago gratuito al portal ExpresodeTuxpan. No. Es la verdad, porque podemos comprobar lo que estamos diciendo. Es un valor que los tuxpeños deberían apreciar y apoyar a un proyecto periodístico moderno que funda en la historia del oficio de las letras la posibilidad de que Tuxpan comprenda su cercanía con el palpitar de la República, apenas a tres horas de la Ciudad de México. Con Ramón Rodríguez a la cabeza del portal, se han ganado mi respeto y desde ahora me comprometo a trabajar –como tuxpeño que soy–, para encontrarle a este diario digital el buen futuro que se merece en la historia.
Y ya me callo. Aquí dejo la tarea a los tuxpeños que se niegan a ver lo que tienen ante sus ojos…
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