¿Qué famoso compositor cantó en el funeral de Vivaldi en Viena?

El veneciano Antonio Vivaldi pasó los últimos años de su vida en Viena (.)
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La Vanguardia

Esta pregunta encierra en sí misma otro enigma interesante, pues la circunstancia del funeral de Antonio Vivaldi (Venecia 1678 – Viena 1741) es una de esas cuestiones no resueltas de la historia de la música culta, además de un verdadero tema de conversación en círculos musicológicos.

¿Tuvo o no tuvo el autor de las sublimes Cuatro estaciones un entierro digno y caro en la catedral de Viena? Porque si así fuera, habrían cantado los niños del coro, entre los que es encontraba un Joseph Haydn de diez años.

Con diez años de edad

Joseph Haydn había entrado en el coro de niños de la catedral y en un funeral oneroso habría cantado

La creencia general es que eso fue lo que sucedió. Lo cual hace pertinente la pregunta formulada: el famoso compositor que cantó en el entierro de Vivaldi sería Haydn.

El compositor austríaco Joseph Haydn ingresó en el coro de niños de la catedral de Sant Esteban de Viena en 1740. El maestro de capilla escogía únicamente a los chicos talentosos, por lo que fue un privilegio y un golpe de suerte para un niño que venía del campo
El compositor austríaco Joseph Haydn ingresó en el coro de niños de la catedral de Sant Esteban de Viena en 1740. El maestro de capilla escogía únicamente a los chicos talentosos, por lo que fue un privilegio y un golpe de suerte para un niño que venía del campo (.)

Sin embargo, es también probado que el cura rojo –como era conocido Vivaldi por el color de su pelo– murió en la pobreza absoluta. Su benefactor, el emperador Carlos VI, había fallecido el año anterior, dejando al compositor y violinista en la intemperie, sin protección.

Como tantos otros músicos contemporáneos, Vivaldi pasó graves dificultades económicas en sus últimos tiempos. Se instaló en Viena, procedente de Praga, para probar suerte, según dicen algunas fuentes. Otras mencionan que el autor de La Stravaganza u Orlando Furioso esperaba estrenar óperas. Apenas se conocen detalles de su periodo final.

Los gustos musicales habrían cambiado y por mucho que Carlos VI hubiera caído rendido ante su fabulosa obra años atrás, esta habría quedado desfasada. A fin de cuentas, a su muerte toda su música cayó en el olvido. Y si hoy en día la disfrutamos es porque Johann Sebastian Bach la admiraba y dejó referencias, pistas que la musicología siguió. Bach, quien curiosamente murió nueve años después el mismo día que genio veneciano, el 28 de julio.

Pero volviendo al funeral de Vivaldi, se sabe que hubo un repique de campanas en Viena. Pero habría sido el repique del indigente, es decir, el que se hacía sonar utilizando la pequeña campana del ala oeste en la catedral de San Esteban.

Últimos años difíciles

Vivaldi murió en la pobreza, y el repique que sonó con la campana más pequeña de la sea habría sido de indigente

Esa Kleingleuth costaba dos florines y 36 kreuzer, tal y como lo documenta el musicólogo austriaco Michael Lorenz, y era la modalidad más barata de las cuatro de que disponía la basílica en aquel tiempo.

También su entierro habría sido de indigente, en el cementerio de un hospital público en donde, efectivamente, se halla su tumba, humilde, cerca de la iglesia de San Carlos Borromeo.

La leyenda

Es probable que la idea de que Haydn le rindió honores a Vivaldi siendo un niño sea solo un mito

Así pues, de haberse celebrado un funeral sencillo es muy probable que los niños del coro de la Catedral no hubieran cantado. Por lo tanto, la idea de que el pequeño Haydn rindió honore al célebre Vivaldi quedaría sólo en mito.

Aún así, cabe la posibilidad de que alguien hubiera pagado por su funeral. Nicolas Chédeville, por ejemplo, el compositor francés que adaptó obra suya, entre otras músicas italianas, podría haberse sentido en deuda y haber contribuido. No en vano había mantenido un acuerdo secreto, cuatro años antes, con Jean-Noël Marchand, otro compositor del barroco francés, para publicar un colección propia haciéndola pasar por la obra Il pastor fido, op. 13, de Antonio Vivaldi.

Chédeville proporcionó el dinero y recibió los beneficios, todo esto atestiguado en una acta notarial de Marchand en 1749.

¿Benefactoras?

Las hijas de Luis XV adoraban la música de Vivaldi, su profesor les había adaptado Las cuatro estaciones

Vivaldi se tocaba mucho en Francia, y Chédeville había hecho arreglos de Las cuatro estaciones para vihuela de rueda (o zanfona), violín y flauta, entre otras cosas para que las tocaran las hijas gemelas de Luis XV de Francia, Ana Enriqueta y Luisa Isabel (futura duquesa de Parma), a quienes enseñaba música.

Las infantas Ana Enriqueta y Luisa Isabel de Francia, hijas de Luis XV, apreciaban la música de Vivaldi. El maestro veneciano les dedicó  La senna festeggiante en ocasión de su nacimiento. Tenían 14 años cuando él falleció
Las infantas Ana Enriqueta y Luisa Isabel de Francia, hijas de Luis XV, apreciaban la música de Vivaldi. El maestro veneciano les dedicó La senna festeggiante en ocasión de su nacimiento. Tenían 14 años cuando él falleció (.)

De manera que también ellas podrían haber garantizado un buen funeral al autor de Juditha Triumphans. A fin de cuentas, el maestro italiano les había dedicado La senna festeggiante en ocasión de su nacimiento, 14 años antes…

Otra cosa es que en aquel momento la noticia de un fallecimiento corriera tan rápidamente como para dar ocasión a costear un buen funeral de 19 florines y 45 kreuzer, tal y como atribuyen algunas fuentes. De ser cierto, habría resultado, en todo caso, muy caro para un simple repique de kleingeläut.

Es muy probable, pues, que la única música que sonara en el entierro del gran Vivaldi fuera la de esa pequeña campana.

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