El 68 de Elena Garro

Una visión de intelectuales y disidencia en los días que estremecieron el mundo

 

Por: Braulio Peralta/La letra desobediente/Milenio

 

En 1968 Elena Garro fue víctima de lo dicho por Sócrates Amado Campos Lemus, preso en el Campo Militar de Santa Lucía. El 6 de octubre contó que Garro y Carlos Madrazo estaban tras el movimiento estudiantil “con el oscuro propósito de derrocar al gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz… Era el complot comunista para derrocar al gobierno por medio de la violencia y la agitación”. Ella tenía 51 años. Había publicado en 1963 Los recuerdos del porvenir, que la consagra como la mejor escritora de México, precursora del realismo mágico que hizo moda Gabriel García Márquez con Cien años de soledad, en 1967. Madrazo era en 1965 dirigente del PRI. Quiso democratizar la elección presidencial de los comicios de 1970. Lo dimitieron, pues un presidente elige al mandatario siguiente. Fundó su partido opositor: Patria Nueva: el 4 de junio de 1969 cayó en accidente aéreo. El Boeing 727 se estrelló cerca de Monterrey. Existe duda si fue accidente o lo derribaron Díaz Ordaz y Echeverría —que llegó a la Presidencia de México, en 1970. Garro desmintió todo. Dijo: “Los intelectuales son los… verdaderos responsables… intelectuales de extrema izquierda que lanzaron a estudiantes a una loca aventura que ha costado vidas y provocado dolor en muchos hogares… son unos cobardes, se esconden…” Los medios exigían nombres. La escritora no dio uno solo pero responsabilizó a quienes firmaron desplegados y marcharon. Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y Luis Villoro, entre otros. Dijo: “¿Cómo pueden decir que soy la culpable?… Se murieron los muchachos y ellos están escondidos debajo de la cama. Ahí están los que firmaban los manifiestos de los periódicos”. En 1993 tuve una charla con Carlos Monsiváis, año que Elena Garro regresa a su país, fracasada, errante por más de 20 años: –¿Vas a disculparle los errores del 68? ¿No merece su obra olvidarse de lo político? –¿Errores del 68? No entiendes nada. Esa época tuvimos que ampararnos, escondernos para no ir a la cárcel. De horror… –Ella pagó con su autoexilio, habría que rescatarla como pieza clave de la literatura, ¿o no? Monsiváis sonrió. No respondió. «Cambio de tema», dijo. “Lee más”, ironizó. Octavio Paz, reacio, igual negó la entrevista. Me mandó estudiar lo de Elena Garro y el 68…. Hoy Sócrates Campos Lemus se considera chivo expiatorio, ¿fueron gobierno y Echeverría los que planearon acabar el 68, acallar muertes y lograr el éxito de la Olimpiada? ¿Usaron los titubeos de Garro? ¿Callaron el futuro a Madrazo o fue accidente? Nadie puede corroborar nada… aunque Echeverría sigue vivo. Satanizada por la política, Garro empieza a ser conocida por su obra —no solo por Los recuerdos del porvenir—. Tres libros compilados por Geney Beltrán Félix —Cuentos completos (Alfaguara), Novelas escogidas (1981-1998), del FCE; y Antología, en Cal y Arena. Libros de 2016—. FCE debe edición a toda su obra, sin duda… Debo olvidar que existí, de Rafael Cabrera, narra la historia de Elena Garro y el 68. El mejor libro que resume el aquelarre a una vida literaria. Para saber cómo el 68 fue la desgracia de Elena Garro hay que leer Debo olvidar que existí. Díaz Ordaz y Echeverría se aprovecharon de Elena Garro: una mente creadora en medio de la barbarie…
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