Profesionales de las sombras

 Federico Reyes Heroles

 


¿Fraude? Lo miré a los ojos. Era un encuentro de carácter profesional, nunca lo había visto. Inglés, administrador de fondos financieros (miles de millones de dólares), muy viajado e informado, hizo la pregunta en serio. Merecía una respuesta de fondo. Fui hasta atrás. La construcción de la democracia mexicana comenzó hace más de 30 años. Se ha logrado en varios capítulos que hoy la mayoría de los mexicanos no tienen por qué recordar. El promedio de edad es 26 años. Desde las complejas discusiones técnicas y demográficas sobre el padrón electoral, hasta la elaboración de la credencial de elector -la gran identificación nacional- parida en un ambiente de desconfianza ciudadana que hubo que vencer. Le mostré la mía y los orificios producto de cada ejercicio de votación, pero me fue imposible recordar todos los candados de seguridad.

 

Le expliqué que todos los pasos para la elaboración de la lista nominal son revisados por los propios partidos a través de comisiones de vigilancia y por científicos. La movilidad geográfica en México es todavía un reto, pero toda la información es pública y puede ser impugnada a tiempo, durante el proceso. Lo mismo ocurre con la boleta cuya elaboración es todo un ritual de secrecía y control. Insistí en que los partidos eran actores desde el inicio y por lo tanto coautores del resultado. Cierta pasión excesiva invadió mis palabras. Le platiqué cómo desde hace década y media existe un órgano independiente y que, si bien la designación de los consejeros necesita ser afinada, la estructura institucional va mucho más allá de las inclinaciones o simpatías personales. Los argumentos de los consejeros tienen que pasar por el riesgoso filtro no sólo de sus colegas, sino también de una opinión pública cada vez más informada y crítica. Esa es la mejor garantía de la solvencia argumentativa al interior del Consejo General.

 

Pasé al financiamiento de las campañas, al gran predominio de los fondos públicos para garantizar claridad en el origen de los centavos. Influido por la prensa de ese día, con la marcha de #Yosoy132 en la portada, me preguntó por el papel de las televisoras y le narré paso a paso cómo se llegó a la reforma del 2007 (desde mi perspectiva violatoria de la libertad de expresión, pero esa es arena de otro costal). Todos son tiempos oficiales, para lograr equidad se mezcla una cuota por partido y por peso específico. De ahí brinqué al monitoreo del IFE de la cobertura de los noticiarios, lo cual le llamó la atención. Nada había escuchado al respecto. Le pareció una intromisión excesiva de la autoridad.

 

De ahí fui a la organización ciudadana de cada elección en la cual participan directamente alrededor de un millón de ciudadanos. Si no creyeran en el proceso simplemente no participarían. Me costó trabajo clarificarle la doble insaculación. Le platiqué de las casillas, de la jornada y de la vigilancia cruzada. Le hice una breve historia de las encuestas en México y le mostré la larga serie de esta elección con sus regularidades y anomalías. Le di mi pronóstico: la discusión no es el primer lugar sino el margen de victoria. En el segundo hay, técnicamente hablando, un empate. Pero entonces me dijo, por qué hay tanto ruido, por qué hablan de violencia y movimientos posteriores.

 

En su periplo mexicano le habían hablado de los dos puntos de ventaja de AMLO, de su insistencia en la maquinación de un gran fraude. De las declaraciones del Presidente y de la propia Vázquez Mota afirmando estar a unos cuantos puntos del puntero. Me mostró un reportaje de El País (22-06-12) con la cabeza «El espectro del fraude vuelve a México» con una foto de AMLO frente a una multitud. Le hablé de las deficiencias en elecciones locales, de la falta de independencia de algunos institutos, etcétera, etcétera. Del reiterado intento de unos y otros por coaccionar o comprar votos, de la FEPADE y del efecto -en caso de presentarse- marginal en una elección presidencial. Le hablé de cómo compatibilizar esa maquinación con los conteos rápidos y del PREP. Me preguntó por el origen de mi molestia.

 

De poco sirve perfeccionar las instituciones si los actores no son leales a ellas. Siempre habrá la posibilidad de generar nuevas dudas, de sembrar intrigas, maledicencias sin fundamento. Los que ahora se quejan de la confusión en la lectura de las encuestas son los primeros responsables en prostituir un mecanismo científico. Los que hoy se quejan del papel de las televisoras son los que elaboraron la actual legislación. Varios legisladores que hoy anuncian fraude han vivido de la representación popular por años y algunos de ellos fueron actores de desviaciones. Pero te das cuenta del daño que le causan a la imagen de México, a las inversiones, al empleo, me dijo.

 

Esas sombras son una traición. Por eso mi voto es en contra de los profesionales de la sombra. Espero que Quadri, JVM y AMLO tengan la entereza democrática de reconocer a tiempo al muy probable vencedor.

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