Migrantes y repatriados

 

Por Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo

 

“Caminar con gente que no conoces–mala o buena pero al fin ajena–, e internarse en caminos de terracería, soportar calores y lluvias extremas, pasar brechas y pantaneras, llegar a las vías, arremolinarse y avanzar entre los empujones de la gente adulta para alcanzar un lugar en el lomo del tren. Buscar refugios para dormir y comer con lo poquito que traes en la bolsa o lo que la gente buena te da para que no pares en tu objetivo, dormir entre moscas y gente maloliente que–como uno–,  no se ha bañado en días o meses. Sortear a los delincuentes que te piden dinero y no tienes para darles.  Éstos te cercan, violan y te llevan con sus gavillas y de ahí tienes dos destinos: seguir en la vida del crimen, del horror y de la muerte o escapar, tomando las malas experiencias como medios para llegar al fin. Y así, pueden ser días o meses lo que dure esa aventura o pesadilla, hasta llegar a la frontera, donde iniciará otra”. (Porfirio, niño migrante)

 

Con lo anterior sólo he querido describir, en lo mínimo, lo que viven los niños migrantes al pasar por territorios ajenos a su nación y esto se da en todo el mundo, pues salen en busca de un “sueño”, que puede ser: americano, europeo, asiático, africano, árabe, etc.  Si para un adulto es difícil, imaginen para un niño o niña. Y me pregunto: ¿Por qué hasta hoy se está viendo el problema?

 

Porque el asunto de la migración infantil es muy remoto, lo que sucede es que hoy, toma proporciones inimaginables en el mundo, en particular en nuestro Continente y en el país por el desplazamiento creciente de personas que huyen de Centro y Sudamérica –por diversas razones–, rumbo a los Estados Unidos. 

 

Y entre esas razones, podemos identificar cuatro principales:

 

1.-El deseo de reunirse con familiares (hermanos, padres, etc.) que viven en otros países.

2.- Por mejorar su nivel de vida a través del desempeño de un trabajo.

3.- Protegerse o escapar de las amenazas en sus países, entre otras: a) el crimen organizado, b) los problemas sociales, económicos y políticos, c)  la violencia intrafamiliar y d) la explotación sexual.

4.-Por condiciones climatológicas o devastaciones naturales en sus países o falta de recursos naturales para la sobrevivencia.

Pero, ¿por qué cada vez hay más niños atravesando territorios, huyendo, arriesgándose, soportando lo que sea, con tal de llegar a un lugar donde puedan ser tratados y contratados para sobrevivir y/o vivir con dignidad? A veces la decisión la toma el propio niño en soledad y así marcha;  en otras, los padres desesperados–para protegerlos–, les mandan con sus hermanos mayores o viajan con sus madres hacia otros territorios. O lo más terrible: los propios gobiernos no hacen nada por retenerlos, al contrario, les dan facilidades para que se vayan como una forma de librarse del problema.

 

Pero hoy existen circunstancias que agravan la situación de los niños migrantes que llegan en especial a la frontera de los Estados Unidos:

 

a)    Los controles migratorios en la frontera, que se han fortalecido y que limitan su avance y expectativas.

b)    El desvío de los flujos migratorios a zonas más inseguras al evadir dichos controles, que hace que corran mayores riesgos.

c)    Enfrentar con más frecuencia a la delincuencia: traficantes de personas, narcotraficantes, funcionarios corruptos de ambos lados o el maltrato de la patrulla fronteriza (border patrol) que abusan de ellos en lo físico y en lo económico, etc.

 

Esos chicos, además de sufrir las violaciones y amenazas a su integridad física y emocional y a sus derechos humanos, corren riesgos en su salud y vida. ¿Cuántos niños se enferman en el recorrido de: asfixia, deshidratación, sufren accidentes, heridas, etc., o son víctimas del maltrato institucional en el momento de la repatriación?  O simplemente, ¿cuántos se quedan en el camino enterrados en una fosa común, muy lejos de los suyos y de la tierra que los vio nace?  La verdad es que, todos se encuentran en un estado permanente de violación de derechos ya que, además de los riesgos, interrumpen sus estudios regulares, frena sus posibilidades de desarrollo y, por supuesto, no disfrutan de sus derechos básicos como el acceso a la alimentación, a la salud, a vivir en familia, entre otros. 

 

El Sistema de Información Estadística sobre las Migraciones en Mesoamérica y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), reportan que: “la población latinoamericana representa alrededor del 52% de la población extranjera en Estados Unidos, de los cuáles más de 30 millones de personas son de origen mexicano (57%) y centroamericano (13%). Desde 2007 a la fecha, anualmente en la frontera sur de ese país, más de 5,700 niños, niñas y adolescentes centroamericanos fueron repatriados a sus países de origen (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua) desde México” (UNICEF-México)[1].

 

En nuestro país, el problema de los niños que emigran se ha intensificado. Y esto  no es nuevo, simplemente se ha percibido históricamente de manera superficial y, lo han dejado crecer a la vista de todos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, afirma que: cada año, alrededor de 50 mil niños y niñas mexicanos se desplazan y son repatriados desde Estados Unidos a México. De éstos, 18,000 viajan solos” (INM, 2014). Pero si la emigración en riesgosa para ellos, igual lo es la repatriación.

 

La repatriación es otro problema más en el ciclo migratorio de los niños. De acuerdo a los estudios poblacionales el ciclo y procedimiento administrativo que enfrentan quienes no llegan a su destino y son devueltos a sus países, es el siguiente:

 

·         El niño sale del lugar de origen. 

·         Recorre territorios y vive experiencias lamentables

·         Llega y cruza la frontera.

·         Es detenido por la autoridad migratoria del lugar de destino.

·         Es llevado a una estación migratoria

·         El Consulado del país de origen coordina la repatriación. 

·         Es trasladado al puerto de entrada de su país.

·         Se queda en un albergue de tránsito (Si es que existe) 

·         Se localiza a los padres o familiares.

·         Es trasladado de regreso a su lugar de origen.

 

Cada etapa de este ciclo –que puede durar meses o años–, generalmente no incluye las medidas de apoyo humanitario locales y esto se debe, a que no todos los países están preparados para dar alternativas jurídicas o facilidades para hacer menos difícil este trance para los niños y sus familias.

 

Y sumado a lo anterior, viene después otro problema, la actitud y comportamiento del niño repatriado cuando vuelve a involucrarse al infierno de donde salió. Se le ve deprimido, violentado, frustrado y encolerizado con su suerte y con su vida.

 

El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, comentó recientemente en una entrevista[2]: Estamos desanimando la migración de niñosCreo que la mayor parte del tiempo, están siendo víctimas… Esto es una consecuencia del abuso de bandas criminales dedicadasa traficar con niños o llevar migrantes a los Estados Unidos”. De la misma manera reconoce el origen del problema: “la migración no debe existir si en cada país nos preocupáramos por ofrecer las condiciones necesarias de sobrevivencia a todos sus ciudadanos [3]de ahí los esfuerzos de mi gobierno para cambiar lo necesario y garantizarles sus derechos y su vida.  

 

Igualmente el 1º de Junio pasado el Canciller de México, José Antonio Meade, propuso en Panamá: “mejorar la coordinación entre embajadas y consulados de los países de la región para atender a los niños migrantes que viajan sin compañía, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores” (SRE, 2014); y por su parte, Estados Unidos en voz de su Presidente Barack Obama, ha pedido al Congreso, fondos de emergencia y poderes extraordinarios para cortar el flujo de niños migrantes a su país, dejando claro en su argumento la posición que estos defienden: “detenerlos y repatriarlos, legislando para incrementar las penas para las personas que los trasladan”.

 

Es decir, la respuesta del vecino país es clara, no hay legalización sino repatriación de los menores, porque el fenómeno se salió de control, por efecto natural o premeditado.  Tan solo los datos que surgen hasta el mes de Junio, confirman que: “la Casa Blanca cifró en 46 mil niños detenidos por la Patrulla fronteriza, en lo que va del año 2014”. Pero los analistas indican que el número es mayor y podría sobrepasar los 90 mil: “ello, sobrepasó la capacidad de respuesta de las autoridades federales y los centros para albergarlos mientras se daba curso a los procesos administrativos de inmigración” (Univisión, 2014). Sin embargo, pese a la urgencia del caso, hoy tiene el Presidente Obama sus leyes migratorias, estancadas en el Congreso por caprichos o enfrentamientos de intereses entre legisladores demócratas y republicanos.

 

La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, en su artículo 2.1 estipula que: “los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales, de ahí que la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y demás organismos internacionales, están especialmente preocupados por este tema y pugnen por: 1) la reducción de los costos sociales, a menudo graves de la migración; b) los esfuerzos de creación de capacidades locales de los gobiernos y diálogos sobre políticas orientadas a generar medidas de protección social y c) las reformas legislativas que, en vista de este organismo , son fundamentales para la realización de los derechos de los niños y las mujeres afectadas, así como de su eficaz desarrollo. Por otra parte la Organización Internacional del Trabajo (OIT), argumenta que: “a pesar de la gran cantidad de menores involucrados, las necesidades y los intereses de estos niños migrantes, casi nunca forman parte de la mayoría de los debates sobre protección infantil, trabajo infantil y migración. En consecuencia, la mayoría de los gobiernos han fracasado en elaborar respuestas de política efectivas para ayudar y proteger a los niños migrantes”[4](OIT, 2014).

 

Aunque siendo realistas, lo que busca un niño migrante es trabajo, por lo tanto si este lograra es contratado, se debe de respetar sus derechos y eximirlo de los abusos y los riesgos a su salud y vida.

 

Luego entonces, tomando en cuenta la Hoja de rutapara lograr la eliminación de las peores formas de trabajo infantil para 2016, adoptada hace 4 años, durante la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil de La Haya, entre otros acuerdos internacionales, se pueden hacer algunas propuestas que deben ser estudiadas y consideradas para encarar el problema. Estas serían:

 

·         Un control más estricto de niños desde las fronteras y convenios entre países para garantizar su trayecto y repatriación, en condiciones seguras y con absoluto respeto a sus derechos.

·         Control en las fronteras mexicanas –en especial la sur–, exigiendo el registro de trayecto o anuencia de migración y permanencia temporal”, tantopara los adultos como los niños;  en el caso de los menores otorgarlo, siempre y cuando vayan acompañados por familiares. Los niños solos, deben ser devueltos de inmediato porque el permitirles avanzar, es exponerlos a una segura y peligrosa aventura, atentatoria para su vida.

·         Dependiendo de la capacidad de oferta de los países destino, asegurar acuerdos internacionales para lograr que los niños que van en búsqueda de familiares, puedan lograrlo y dar la facilidad de una corta permanencia con ellos, bajo medidas de control. Igualmente lograr que los adolescentes migrantes puedan aspirar a estudios temporales, especialmente en oficios y una vez concluidos puedan retornar a sus lugares de origen, con mejores armas para enfrentar la vida.  

·         Asegurar programas para albergar a niños en su paso a su destino, con garantías de salud y –si se puede–, contratación de hogares sustitutos.

·         Desarrollar mayor investigación sobre los migrantes, trabajo infantil, y generar leyes más estrictas para ser aplicadas a los que abusan de su condición.

·         En la medida de lo posible, difundir material y herramientas de promoción y de comunicación para orientar a los niños y sus familias, sobre las ventajas y desventajas de la emigración. Realizar eventos y asesoramiento en materia política que incluya el tema de los niños migrantes, como una forma de hacer consciencia humanitaria, tanto en el aparato gubernamental como en la sociedad.

 

 

En suma, el tema da para mucho y obliga a todos: gobierno, leyes, padres de familia, maestros, investigadores, etc., a estar más informados y actuar al respecto, haciéndose siempre responsables del presente y futuro de los niños y adolescentes—en particular de los mexicanos–, para frenar el problema y evitar así que se revierta en contra de la sociedad en su conjunto.

 

Porque los niños y niñas tienen derecho a recibir un trato digno siempre y, lo ideal es que ello lo encuentren en sus países y en sus raíces. Porque es justamente en el hogar y en su país, donde podrán adquirir los valores sociales, morales y cívicos necesarios que les permitan confirmar su identidad y pertenencia, al sentirse orgullosos de ser parte de una sociedad mexicana que los acoge, respeta, prepara y protege, reconociendo su valor en el presente y futuro de la nación y del mundo.

 

Gracias y hasta la próxima



[1] Unicef-México, www.unicef,org/socialpolicy/index.

http://www.unicef.org/mexico/spanish/proteccion_6931.htm

[2] Charlie Rose, realizo la entrevista y fue grabada el 27 de junio pasado Este es uno de los periodistas más reconocidos de los Estados Unidos, de la cadena PBS y CBS y junto con Lara Logan, ha sido anfitrión del clásico de la CBS el revivido “Person to Person”, un programa de noticias en el que celebridades son entrevistadas en sus hogares.

[3] www.elfinanciero.com.mx/

[4] Migración y trabajo infantil – Nociones esenciales  , http://ilo.org/ipec/areas/Migration_and_CL/lang–es/index.htm

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