¿Veracruz estado de retrasados mentales?

El discurso de Javier Duarte.

Por Ramón Rodríguez Rangel

Después de cinco años de gobierno en los que ha dicho que en Veracruz no pasa nada y que sólo se roban frutsis y pingüinos y ante la eminente elección para sucederlo, Javier Duarte de Ochoa, dice que por fin se pondrá a trabajar y “actuará” ahora si contra la delincuencia organizada en los próximos días, no obstante el escepticismo que campeaba entre el gremio reporteril, con quien departió en Poza Rica con motivo del Día de la Libertad de Expresión.

El gobernador de Veracruz en un exceso de cinismo acusó –sin citar nombres- que empresarios y notarios que son levantados, secuestrados y/o asesinados, se debe a que están coludidos con la delincuencia organizada, lo mismo que reporteros y representantes de medios de comunicación, de los empresarios dijo que son lavadores de dinero, de los notarios que son escrituradores y los periodistas colaboradores, por lo que amenazó “pórtense bien, porque si no  van a tener dificultades”, ya que agregó que va actuar “fuertemente”.

De esta manera el mandatario veracruzano pretendió justificar la desaparición, secuestro y asesinato en ocasiones de empresarios, notarios y periodistas, buscando desvirtuar los propios hechos delictivos y tender así una cortina de humo en torno a ello. De esta forma se criminaliza a las víctimas sin ofrecer pruebas y se les condena sin argumentos legales.

En Veracruz han sido asesinados y asesinadas más de 10 periodistas, sin que sus homicidios hayan sido del todo aclarados, incluso las pifias cometidas en el caso de la compañera Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso evidencian el desaseo de las autoridades encargadas de la procuración de justicia y del mismo poder judicial. Ya lo ha dicho Reporteros sin Fronteras, Veracruz es el lugar más peligroso del mundo para ejercer la más “bella profesión”, como definía Gabriel García Márquez al periodismo.

El gobernador Javier Duarte de Ochoa, debió dar nombres, ofrecer pruebas y no lo hizo, prefirió denostar y descalificar las víctimas crecientes de la delincuencia organizada, más aún debería presentar ante las instancias correspondientes las denuncias respectivas, pero también debería dar los nombres de los políticos corruptos, de los que también existe evidencia de su relación con el crimen organizado.

Tampoco habló de la participación de los cuerpos de seguridad pública, estatal y municipal, así como de funcionarios estatales y municipales involucrados con la mafia.

Veracruz es considerado uno de los estados más inseguros del país, esto ha pasado mientras el gobernante se la ha pasado diciendo que no ocurre nada en la entidad, negando hechos que son de dominio público.

Ahora pretende tratar como retrasados mentales al pueblo veracruzano y afirma que el 7 de junio pasado el PRI ganó la mayoría de los distritos de la entidad, porque reconoce su gestión, solo admitió que donde perdió el tricolor la elección las cosas no están bien, como en Poza Rica, donde afirmó “ya están hasta la madre” por la inseguridad, a lo que informó “ya le va a poner remedio”.

¿Que es necesario que el PRI pierda la elección en todo Veracruz, para que el gobernador reconozca la grave problemática existente y se ponga a trabajar? Así parece. Aunque el PRI perdió ya ciudades importantes como la capital del estado Xalapa, Veracruz, Boca del Río, Coatzacoalcos y Poza Rica, en el resto de la entidad el PRI sin el verde ecologista, perdió municipios como Álamo, Cerro Azul y apunto estuvo de perder el propio Tuxpan, además de otros lugares importantes del estado.

Claro que los veracruzanos no somos retrasados mentales y no aceptamos el discurso de Javier Duarte, el verdadero referéndum para analizar la conducta del gobernador y su gabinete, no fue el 7 de junio, fueron solo elecciones intermedias, el verdadero referéndum lo será la próxima elección para gobernador, el año próximo.

En esta próxima elección la gestión de Duarte, va a representar un lastre muy pesado para el próximo candidato del PRI a la gubernatura, por ello no debe echar las campanas al vuelo, el titular del ejecutivo del estado.

En la cosmovisión del duartismo, si gana el PRI la elección del 2016, querrá decir que el pueblo veracruzano aprueba la actual gestión estatal, que el pueblo esta contento y que como dice Javier Duarte, no pasa nada en Veracruz.

El que fuera elegido por el PRI como candidato a gobernador seguramente le va a decir a Duarte, “ya no me ayudes tanto compadre”.

A Veracruz le urge un gobernador serio, que no le tiemble la mano para resolver los problemas del estado, que tenga sentido de responsabilidad, veremos próximamente cuales son las alternativas.

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