•El embajador de Yunes
•Puente con Flavino Ríos
PASAMANOS: El gobernador electo de Veracruz ha dado un campanazo. Jonrón con casa llena. Antier nombró al coordinador del llamado programa Entrega-Recepción. Manuel Muñoz Gánem, un político honesto a prueba de bomba. Prudente y mesurado. Negociador y concertador. Además, su amigo desde hace 42 años.
Gánem es tuxpeño y es un hombre, como dicen los médicos, de las siete décadas. Nació en pañales de seda. Rico de abolengo, siempre ha estado más allá del bien y del mal.
Por Luis Velázquez/Barandal
Un día, hace muchos años, sin embargo, le picó “la víbora” de la política. Y ahí sigue.
A los 26 años de edad fue presidente municipal del pueblo. Pero el gobernador Rafael Hernández Ochoa, 1974/1980, miró su trabajo en el norte de Veracruz y lo nombró director de Turismo.
Dejó inconclusa la alcaldía. Tuxpan perdió a un buen edil, pero Veracruz ganó un promotor del turismo, la tierra pródiga que siempre ha sido.
Entonces, se topó en el camino con Miguel Ángel Yunes Linares, quien en aquel sexenio fuera agente del Ministerio Público en Coatepec, jefe jurídico de la oficina del gobernador, subdirector de Patrimonio, procurador Fiscal, líder de la CNOP y diputado local.
Y desde entonces, considerando que los amigos son “piedras rodando que en la ladera se encuentran” como decía Julio Scherer García, andan juntos.
Juntos estuvieran, por ejemplo, en la dirección general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares.
Juntos en la subsecretaría de Seguridad Nacional.
Juntos en el ISSSTE.
Juntos en el año 2010 cuando la primera candidatura de Yunes a jefe del Poder Ejecutivo.
Juntos en la segunda.
Juntos ahora.
Y aun cuando a los 72 años de edad, sus hijos lo reclaman para que esté jugando con los nietos, Gánem sueña con un Veracruz justo para todos, pues la política carcome sus entrañas.
Y sigue empujando la carreta.
BALAUSTRADAS: Durante 20 años, al lado del Yunes azul, soñó con la gubernatura.
Ya llegaron.
Político decente, respetuoso de la dignidad humana, amable y cordial, su honestidad quedó manifiesta cuando fue director administrativo del
ISSSTE y saliera con el plumaje limpio.
Sin una tachadura.
Y eso que ejerció un presupuesto ultra súper millonario.
Bien pudiera ahora desempeñar el más alto cargo público en el gabinete legal, pero su honradez le ha llevado a platicar con transparencia con su amigo y como el dictamen médico es que ha de vivir con reposo, sin sobresaltos, estará cerca, claro, pero al mismo tiempo, lejos.
En otras tareas, digamos, ligado a la reflexión y la serenidad, el cabildeo que en política incluye la paciencia del pescador, y más del pescador de Ernest Hemingway de “El viejo y el mar”, la paciencia, incluso, de Job en el relato bíblico, la paciencia del velador que espera con ansia las primeras luces del amanecer.
Si hay salud hay tiempo para vivir y soñar, pues tampoco la administración pública necesita de héroes victimizados.
Allí, sin duda, será más útil al gobernador, y más, a Veracruz, que luego del huracán turbulento y revolcado que han significados los seis años duartianos, requieren mesura en el ejercicio del poder.
Por lo pronto, y hasta donde se olfatea, Gánem será la voz serena en el bienio gubernamental en puerta.
El operador callado y silencioso y discreto que ha extirpado del corazón, el hígado y las neuronas la pasión desmedida por el poder y las candilejas y el primer plano y los titulares.
Digamos, el consejero que en las tribus significaba la voz reflexiva.
Casi casi el Joseph Córdoba Montoya de Carlos Salinas.
ESCALERAS: En la Entrega-Recepción de Flavino Ríos a Yunes Linares se advertirá su finura.
Pero al mismo tiempo, su firmeza. En ningún momento, el puño cerrado que a nada lleva. Por el contrario, la ley, la Constitución, la rendición de cuentas, las cuentas claras por delante.
Y como en la estructura mental de Gánem hay números, aritmética pura, matemáticas afiladas, Pitágoras como el duende mayor, entonces, con la lámpara de Diógenes escudriñará la más absoluta transparencia.
Y por eso mismo, coordinará a un equipo que el gobernador Yunes ha denominado para que cada quien desde su especialidad y su área se apegue al librito de la Carta Magna.
Por fortuna, el gobernador interino, Flavino Ríos Alvarado, ha expresado voluntad política y social. Las puertas y las ventanas abiertas para revisar todo y con todo. Nada que ocultar. Cada quien, responsable de sus actos y de su tiempo.
Todo sea (ojalá haya tiempo) por el bienestar social de Veracruz. El Veracruz que tiene 6 de cada 10 habitantes, según el CONEVAL, en la miseria, la pobreza y la jodidez.
El Veracruz, paraíso terrenal mudado en el infierno.
El Veracruz, donde los carteles y cartelitos lograron carta de adopción.
El Veracruz con 650 mil personas que no saben leer ni escribir.
El Veracruz donde gran parte de la población vive del trabajo sexual para llevar la torta a casa.
El Veracruz con una terrible y espantosa desigualdad social y económica.
Y únicamente podrá saberse en el mes de noviembre del año 2018.
Y más si se recuerda que “el camino al infierno está sembrado de buenas intenciones”.
Manuel Muñoz Gánem es una garantía moral. Pero con frecuencia un hombre solo luchando contra el mundo se amarga y la miel se vuelve hiel.
Editorial
