Awás, la tribu del fin del mundo

A punto de desaparecer en medio de la indiferencia general, sus poco más de 350 integrantes intentan sobrevivir en los últimos reductos vírgenes de la selva de Brasil. Algunos nunca han sido contactados. Nuevas imágenes desvelan su increíble forma de vida

 


 

Los awás, la tribu más amenazada del planeta, se extingue sin remedio. Sus poco más de 350 integrantes intentan sobrevivir por todos los medios en los últimos reductos vírgenes de una selva, al noreste del Brasil, en el estado de Maranhao, que una vuez fue totalmente suya. Hoy, la organización Survival Internacional pone en marcha una campaña mundial para intentar salvar a los últimos awás de los invasores que ocupan ilegalmente sus tierras y los matan, además, sin contemplaciones cuando se encuentran con ellos.

 

Son algo menos de 360 y dependen por completo de la selva. Sus vidas, cuando les dejan, transcurren en contacto íntimo con la desbordante naturaleza del Amazonas. Cazan, pescan, recolectan frutos y, cuando viajan, llevan con ellos las brasas encendidas de su última hoguera para encender fuego en cada nuevo campamento.

 

 

Amererintxia se sienta en una hamaca junto a su mono mascota

Muchos son nómadas, y se mueven rápidamente por la selva en pequeños grupos de veinte o treinta personas. Viajan en familia, una familia de la que también forman parte los animales salvajes, que adoptan como mascotas aunque no las privan de su libertad. Así viene siendo desde hace incontables generaciones, y así debería ser durante muchas generaciones más. Sin embargo, eso no ocurrirá.

 

Los awás están a punto de desaparecer en medio de la indiferencia general. Son, hoy por hoy, la tribu más amenazada del mundo y viven literalmente rodeados y asediados por madereros ilegales que talan su selva; por ganaderos que invaden su territorio; por colonos que se establecen sin permiso y que van recortando poco a poco, inexorablemente, sus tierras. Muchos de los invasores, además, van armados. Y en una lucha desigual de pistolas y rifles contra arcos y flechas, los exterminan sin contemplaciones.

 

Nunca contactados

Hoy, los pocos awás que quedan están repartidos en cuatro territorios que, en teoría, han sido delimitados por las autoridades brasileñas y son zonas protegidas para su uso exclusivo. En realidad, la mayor parte de la selva de los awás está siendo sistemáticamente destruida e invadida de forma masiva. El Gobierno de Brasil ha fracasado de forma estrepitosa en su intento de expulsar, o de castigar, a los invasores.

 

Algunos de ellos (unos cien, aunque el número exacto no se conoce) han conseguido huir sin ser nunca contactados. Viven en los últimos reductos impenetrables de una selva que una vez fue suya y que siguen considerando su hogar. Sabemos de ellos solo a través del resto de los awás, los que sí han tenido algún contacto con nuestra civilización, que a veces se encuentran fugazmente con estos auténticos «fantasmas» de la selva. Pero los awás, tanto los unos como los otros, siguen huyendo, intentando sobrevivir. Aunque cada vez les quedan menos sitios a los que ir…

 

En un principio, el Gobierno de Brasil recomendó la demarcación de 247.000 hectáreas como territorio awá (unas tierras que, precisamente, han sido deforestadas en un tercio de su extensión total). Sin embargo, finalmente sólo se demarcaron y ratificaron 118.000 hectáreas (el 19 de abril de 2005). Los awás, por tanto, ya han perdido más de la mitad de su tierra, y del territorio que poseen, un tercio ha sido destruido. Su tierra está siendo devastada a un ritmo mayor que cualquier otro territorio indígena de la Amazonia brasileña.

 

Raquel García, portavoz de Survival Internacional, explica a ABC que su organización «lleva varias décadas intentando salvar a los awás». Hoy da comienzo en todo el mundo el enésimo intento, una campaña cuya pieza central «es un vídeo con imágenes inéditas y tremendamente difíciles de conseguir». Y es que, explica Raquel García, «normalmente no permiten acercamiento. Nosotros llevamos muchos años trabajando y construyendo un clima de confianza con ellos. Por eso nos han permitido grabarles en su vida cotidiana, en rituales nocturnos en los que los cazadores se adentran en el mundo de los espíritus y entran en trance, en escenas divertidas de su relación con sus mascotas y animales de la selva…»

 

La campaña tiene como objetivo persuadir al ministro de Justicia de Brasil para que envíe a la policía federal a expulsar a los madereros, ganaderos y colonos ilegales y evitar que vuelvan. El vídeo incluye un llamamiento de Colin Firth, ganador de un Oscar de Hollywood y que se ha sumado a la causa. «Están talando ilegalmente la selva de los awás para obtener madera -dice el actor en el vídeo- . Cuando los madereros los ven, los matan. Sus arcos y flechas no son rivales para las pistolas. Y en cualquier otro momento de la historia, aquí terminaría todo. Otro pueblo barrido de la faz de la tierra, para siempre. Pero vamos a asegurarnos de que el mundo no deje que esto pase de nuevo…»

 

Las mujeres amamantan a los monos

 

Las mujeres amamantan a los monos

Entre las muchas imagenes inéditas que se publican a partir de hoy, hay algunas inolvidables. Por ejemplo, las imágenes en las que se ven madres awás amamantando a crías de monos. «Y no es que se hayan vuelto locas -explica la portavoz de Survival – sino que es una forma de compensar a la Naturaleza. Los awás cazan monos para comer, pero si matan madres con crías, las amamantan hasta que son adultas y las devuelven después a la selva. Luego siempre las reconocen y a las que han criado nunca las cazan. Resulta increíble cómo consiguen reconocerlas no sólo por su aspecto, sino por sus voces y sus ruidos en la selva».

 

El problema principal de los awás es, como se ha dicho, la invasión de su territorio por madereros, ganaderos y colonos. Quedan unos 360 awás y están divididos en dos grupos: los contactados y un 25% más de miembros aislados en la selva y nunca contactados por extranjeros. «Estos están en peligro extremo -asegura Raquel García-. Los invasores van armados y cuando los encuentran, los matan sin miramientos».

 

El gobierno, en teoría, tiene la obligación de preservar el territorio, pero hasta ahora no se han arbitrado medidas para que eso se respete. «Lo que pedimos es que a través de nuestra web la gente firme una petición para que el gobierno utilice sus competencias, que las tiene, y que ponga freno a los madereros y ganaderoa que están diezmando a los awás. Esta es, sin duda la tribu más amenazada de la Tierra. Corre riesgo de verdadero genocidio. Si no se hace algo, si sigue la desforestación, desaparecerán en pocos años».

 

Nueve respuestas sobre los awás

¿Quiénes son los awás?

Los awás son una pequeña tribu amazónica, uno de los dos únicos pueblos indígenas cazadores–recolectores nómadas que quedan en Brasil.

¿Dónde viven?

En el estado de Maranhão, en el noreste de Brasil. ¿Cuál es la población awá? Hay 360 awás contactados que viven en cuatro comunidades, cuando no están en una partida de caza en la selva.

¿Cuántos están aislados?

Un máximo de 100: la mayoría vive en cuatro territorios legalmente reconocidos. Se piensa que varios grupos familiares pequeños viven fuera de las reservas, en los últimos fragmentos de la selva de Maranhão, que está menguando rápidamente.

¿Cuándo fueron contactados por primera vez?

En marzo de 1973, aunque oleadas de colonos llevaban invadiendo su tierra desde el s. XIX.

¿Por qué fueron contactados?

FUNAI, el Departamento de Asuntos Indígenas del Gobierno brasileño, decidió contactar y sedentarizar a los awás después de recibir informes sobre las masacres de indígenas aislados que tuvieron lugar en los años 70, y para protegerlos del impacto del programa de desarrollo “Gran Carajás”. Dicho programa supuso la construcción de carreteras y de una línea ferroviaria a través de su territorio, lo que permitió llegar a la región a gran número de ganaderos y colonos que invadieron la tierra de los awás.

¿Cuántos han muerto?

Es imposible dar una cifra. Es posible que en 1900 hubiera entre 600 y 1.000 awás, pero el creciente número de contactos con los foráneos tuvo como consecuencia muchas muertes debido a los ataques violentos y a las enfermedades frente a las que no tenían resistencia.

De un grupo de 56 individuos contactados por FUNAI en 1976, tan solo 26 sobrevivían en 1980.

¿Cómo viven?

Los awás cazan, pescan y recolectan productos de la selva como nueces y frutas. Aquellos que son nómadas viven grupos autosuficientes altamente móviles de no más de 20 o 30 personas. Mientras se desplazan mantienen encendidas las ascuas de sus fuegos, para volverlos a encender cuando llegan a su destino.

¿Qué porcentaje del territorio awá ha sido deforestado?

Más del 30% del territorio awá ha sido destruido desde 1985. En 2009 registraba el nivel más alto de deforestación de todos los territorios indígenas de la Amazonia.

¿A qué problemas se enfrentan?

La invasión y destrucción de sus tierras por los ganaderos, madereros, ladrones de tierra y colonos continúa. Hay tres grandes asentamientos ilegales dentro del territorio awá, todos ellos construidos después de que el territorio fuera oficialmente reconocido por el Gobierno en 1992. Muchos awás han sido objeto de ataques violentos. Kamairu fue atacado por los madereros en septiembre de 2011 y se le dio por muerto. En enero de 2012 se informó de que se habían encontrado los restos calcinados de un joven awá aislado.(Periódico ABC)

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2 comentarios en «Awás, la tribu del fin del mundo»

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