Del olvido al no me acuerdo…

Por Maryjose Gamboa/Al aire…

Del olvido al no me acuerdo…

“Sólo quedan un montón de historias sueltas… en realidad todo se olvida”,  dijo Juan Carlos Rulfo en una de las tantas entrevistas que le hicieron cuando presentó el documental “Del Olvido al No me acuerdo”, y lamentablemente tiene razón… El asesinato de la joven Mara Fernanda Castilla Miranda ocurrido en Puebla, la historia de dolor y horror que narra la Fiscalía de aquel estado, las líneas de investigación abiertas que sugieren alguna posible vinculación entre el presunto homicida y las redes de trata establecidas por décadas en el estado de Tlaxcala, y la indignación que este hecho ha provocado, nos obliga a preguntarnos ¿en qué momento estas “historias sueltas”  durante años contadas, se quedaron en el olvido de quienes hoy gritan lo que siempre callaron?

Los feminicidios, la desaparición de miles de jovencitas, la posibilidad de que dichas desapariciones estuvieran relacionadas con el segundo delito más redituable en el MUNDO; la trata de personas, ha sido un tema que hasta hace apenas unos meses, sólo a unas cuántas activistas sociales, reporteras o columnistas de este estado, nos ocupaba… Sin embargo hoy, estas mismas personas que mostraron una  indiferencia cruel y  una mezquindad disfrazada de “prudencia”, son quienes pretenden enarbolar la bandera de la justicia y la sororidad, y aunque es de celebrarse su “conversión” al activismo, también es necesario recordarles que si este “milagro” se hubiese dado antes, probablemente no estaríamos de nuevo de luto.

Desde hace por lo menos cinco años, activistas como Blanca Aquino o  Irene Muro, representantes de Colectivos como Aracely Salcedo,  funcionarias como Yadira Hidalgo, reporteras de Notiver como Sandra Segura y una servidora, hemos insistido en la urgencia de investigar el vínculo que existe entre las desaparición particularmente de jovencitas, y  las redes de trata que por años se han señalado en estados como Tlaxcala, conocida incluso como una de las capitales a nivel mundial en trata de personas.  Pero desafortunadamente, eran contados los espacios abiertos para la difusión de esta solicitud, y más contadas aun, las personas que la apoyaban.

Por ejemplo en el 2013, en “plenitud del pinche poder Duartista”, la Comisión Nacional de Derechos Humanos trajo a Veracruz a Marcela Loaiza, una de las pocas mujeres que sobrevivió para contar la historia, para dejar testimonio de las vidas reducidas a cifras, que año con año se perdían en el mundo de la trata. A ese foro ABIERTO a TODAS y TODOS,  acudimos si acaso diez mujeres, unas para sumarse a su lucha y otras para difundir su testimonio… A nadie más le interesó escucharla, y que pena, porque de haberlo hecho, tendrían idea de las complejísimas y arraigadas redes de corrupción a nivel internacional que sostienen el negocio de la trata, así como del interminable trabajo que implica que una sociedad comprenda que SIN CLIENTES, este flagelo, al igual que el del narcotráfico,  simple y llanamente no existiera.

Dos años después, en  julio del 2015, gracias al apoyo del Alcalde de Boca del Río Miguel Ángel Yunes Márquez, la activista que abandera esta causa a nivel nacional Rosy Orozco, y una de las víctimas de trata de las redes que operan directamente en Tlaxcala, Karla Jacinto, quien permaneció durante 4 AÑOS en cautiverio en los que fue prostituida en más de 40 MIL OCASIONES, y quien por ende conoce como pocas la manera en las que estas operan, describieron a detalle las diversas formas en las que estas son reclutadas y explotadas, y posteriormente, cuando por las mismas circunstancias en las que viven, contraen alguna enfermedad, o son asesinadas, simplemente las desaparecen posiblemente arrojándolas a alguna fosa clandestina.

Después de escuchar estos testimonios y de recabar los datos proporcionados por las organizaciones nacionales e internacionales, se implementó un operativo especial en el municipio de Boca del Río, NINGUN OTRO municipio quiso EN ESE MOMENTO CRUCIAL,  participar del mismo por temor a las represalias no sólo de los grupos criminales, también del propio gobierno Duartista.

En dicho operativo se logró detectar después de recorrer durante dos noches la mayoría de los bares de la zona, por lo menos tres casos de menores de edad con credenciales falsas trabajando en los mismos, e inmediatamente se dio parte a la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y Trata de Persona, a cargo en ese entonces de María del Consuelo Lagunas, y su respuesta fue que sólo las propias víctimas o  sus familiares, podían denunciar los hechos, pero que de cualquier modo investigarían. Desde luego NUNCA LO HICIERON, desde luego nadie más que las mismas diez mujeres presentes en ambos foros se sumaron a la causa “Ni una más”, y desde luego sólo unos cuantos medios difundieron la información.

A pesar de esto,  reitero que es plausible que ahora muchas mujeres y muchos medios, se interesen en un problema tan serio y tan grave… Tan grave que NO se resuelve posando desde la comodidad del hogar con una cartulina. Que NO se resuelve (aunque ayuda a su difusión claro) comentando en redes sociales sin el más mínimo conocimiento de lo que se dice.  Que NO se resuelve tratando de volver víctimas a los VERDADEROS VERDUGOS, a los que les abrieron las puertas del estado a la delincuencia para luego entregarles el CONTROL ABSOLUTO de las instituciones, Fidel Herrera (el mártir de Nopaltepec para las plumas y políticos que le apuestas a la “frágil memoria” de las y los veracruzanos) y Javier Duarte.

No señoras y señores, esto se debe resolver de otra manera; Primero,  difundiendo e informando con verdad  los modos en los que estas redes operan para que las familias entiendan que NADIE está exento de convertirse en víctima de este delito sin importar su nivel social, económico, o académico.  Segundo, llevando el activismo a las calles y denunciando con mucho VALOR lo que a veces podemos ver pero preferimos callar. Y Tercero, SÍ exigiendo a las autoridades estatales y federales operativos especiales para la detección y detención de dichos grupos delincuenciales.

De acuerdo a un estudio  presentando por el Senado de la República, los factores de vulnerabilidad  son;  Baja auto-estima y auto-control (situación que se da principalmente en jóvenes de CUALQUIER EXTRACTO SOCIAL), niveles de educación deficiente, pobreza, hogares con numerosos miembros o hacinamiento,  hogares con presencia de violencia doméstica, hogares con presencia de discriminación y violencia por género y adicciones (circunstancias que TAMBIÉN se dan en cualquier extracto social, pero que se denuncia menos en los de mayor nivel económico), FALTA DE INFORMACIÓN sobre las innumerables maneras en las que estas redes logran identificar a sus víctimas, y desconocimiento en la mayoría de los clientes potenciales de dichas redes, de la situación real que viven a quienes “alquilan” por un rato.

“Los hombres no entienden que cada que pagan por sexo, ayudan a las mafias a que estas historias se sigan multiplicando” dijo Marcela Loiza en Veracruz hace cuatro años, pero sus palabras, al igual que todas estas “historias sueltas”, como aseguró Juan Carlos Rulfo,  se olvidaron.

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