El estado de salud de Javier Duarte

•Mitterand se hacía examen semestral

•Se le iría “vivo” a Yunes Linares

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François Mitterrand fue presidente de Francia en la cuarta campaña electoral. Amigo de los escritores latinoamericanos (Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes Macías, Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar, el cronopio, entre otros), el presidente francés levantó su autoridad moral cuando reconoció a una hija que tenía fuera de matrimonio.

Por Luis Velázquez/Escenarios

Pero más aún cuando sin que la ley lo obligara, cada semestre se aplicaba un examen de salud, salud física y salud mental, y lo publicaba, para conocimiento de la población.

Así, pensaba, y más allá de la frivolidad, que demostraba su aptitud para seguir gobernando.

Lástima que ninguno de los asesores de Javier Duarte, JD (Carlos Brito Gómez, Enrique Jackson Ramírez, José Murat Casab y el exjesuita, Rubén Valenzuela), le aconsejaran un examen semestral de su estado de salud porque muchas, muchísimas cositas se habrían evitado.

Entre ellas que el góber electo le recomiende consultar un siquiatra.

Y más ahora cuando según las versiones en el gabinete duartista todos parecen estar contra todos, acusándose de más pillos y ladrones, además, de cínicos y desvergonzados.

Incluso, hasta llegando entre ellos a la intriga palaciega para desacreditarse entre sí. En el éxtasis metafísico y esotérico (igual que Manuel Cavazos Lerma, quien según la fama pública esconde una pirámide minúscula en el sombrero que nunca deja), JD está en un callejón sin salida.

El fuego amigo de Los Pinos. Y de la Auditoría Superior de la Federación. Y de la PGR. Y de la Suprema Corte de Justicia. Y en el otro lado del charco, el fuego enemigo del góber electo. Ni siquiera, vaya, y en tales circunstancias, la elite eclesiástica de Veracruz a la que acaba de regalar la ley anti/aborto, puede salvarlo. La espada de Damocles está más afilada que nunca.

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Si los duartistas, por ejemplo, acuñaron con hechos el término de la ciencia política en el país de la impunidad de que gobernar es robar, saquear y atracar…

Y si la frivolidad es característica en el estilo personal de ejercer el poder…

Y si además son cínicos y se pitorrean del dolor y el sufrimiento humano…

Entonces, están terminado el sexenio con los siguientes ejes del mal:

La peor impopularidad en la historia local. Tanta, que por ejemplo, perdieron la gubernatura y el Congreso, con lo que JD pasará a la historia como el Ernesto Zedillo que entregó la silla embrujada a la oposición, y lo peor, a su peor enemigo público.

El antipriismo. Un pueblo tan irritado con la elite sexenal que hasta la militancia y parte de la cúpula tricolor se desencantó de todos ellos, y con mucha mayor razón, la población electoral.

El poder de la iglesia. Jamás un político se había arrodillado tanto ante la cúpula eclesiástica. Todo les ha concedido. Desde RVOE para campus universitarios hasta la ley anti/aborto. Desde la convivencia en corto hasta cargos públicos, por ejemplo, la Comisión Estatal de Derechos Humanos con Fernando Perera. Y por añadidura, el voto legislativo en contra del matrimonio igualitario de Enrique Peña Nieto.

El saqueo impune. Las arcas de la secretaría de Finanzas y Planeación, descarriladas, y aun cuando hay denuncias penales, por ejemplo, de la Auditoría Superior de la Federación, y están vigentes, la PGR se ha tardado demasiado en proceder, como si de por medio existieran negociaciones oscuras.

La inseguridad, y por añadidura, la impunidad. En todos los hogares hay un secuestrado, un desaparecido, un asesinado, ya un pariente, un amigo, un vecino, un conocido.

Todo en conjunto parte de un solo denominar común, a saber: el estado de salud de Javier Duarte.

Bien dice el de junto: quien desconoce la historia, caso François

Mitterrand, se expone a cometer los mismos errores.

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Y más por lo siguiente:

JD es un joven bipolar, irascible, influenciable, explosivo, rencoroso y vengativo.

Y depresivo. Muy depresivo.

Y vive, según los allegados, a base de Tafil y Rivotril.

Y suele acostarse hasta la madrugada, mirando películas con los amigos.

Y se levanta hacia media mañana.

Y, por eso mismo, rara, extraordinaria ocasión (sólo inevitables) le programan eventos tempranos, digamos hacia las 8 o las 9 de la madrugada, ni tampoco desayunos.

Y ahora cuando “el destino lo ha alcanzado” en el último año del sexenio (el peor desde la mirada sicológica pues es cuando del paraíso se brinca al infierno), entonces, el estado de salud puede sufrir un desbordamiento peligroso.

Más aún por la derrota infligida el 5 de junio en las urnas… que nunca esperaba, pues por eso mismo jugó varias cartas, entre ellas, como el mismo candidato priista, Héctor Yunes Landa asegurara, la candidatura de Cuitláhuac García, de Morena.

El riesgo de que el góber electo lo lleve a la cárcel, y/o en todo caso, hasta el mismo peñismo, lo ha de tener descarrilado, los caballos desbocados diría Mishima.

Muchas, demasiadas cositas se habrían evitado con el modelo Mitterrand… que también necesitaría Miguel Ángel Yunes Linares cuando pasen los meses y Javier Duarte, la cereza del pastel, se le haya escapado, de igual modo como a Jaime Rodríguez, el góber de Nuevo León, se le está yendo impune Rodrigo Medina, y a Claudia Pavlovich, de Sonora, Guillermo Padrés, luego de más de un año anunciando al mundo que el par de sus antecesores terminarían en la cárcel.