El rostro de la huasteca, en la pintura de Amado Flores Procopio

 Los mexicanos, vistos como producto de la raza española, indígena y negra, somos una obra inacabada”

Por Inés García Nieto

 

 


A sus 27 años de edad, Amado Flores pinta las tradiciones de la comunidad huasteca donde nació, porque como artista considera estar en  el proceso de reinterpretar la belleza y diversidad de su raíz.

 

El joven de la comunidad “Lindero” de Tuxpan, se dice admirador del pintor Saturnino Herrán, Diego Rivera y Enrique Estrada, ya que mientras el primero plasmó la cultura del mexicano como resultado de  la mezcla de varias razas, el segundo le deja claro que sin entrega al arte, no hay obra ni satisfacción; en el caso del tercer artista, Amado Flores valora su técnica en el retrato,  donde resalta el formato y la temática.

 

Amado Flores Procopio, quien dice que el arte ha de mostrar algo diferente a lo anterior, pero sin duda alguna la época marca al artista, él ha volcado su mirada en su comunidad y su familia como parte del resultado de las razas que conforman México, a quienes interpreta plásticamente.

 

Y sí hay algo que identifica la obra de Amado Flores, es precisamente el retrato. Dice: Me fascina trazar los  rasgos, los gestos, la mirada y plasmar el color de la piel de las personas, y poner en la pintura el sentimiento que como artista capto de ellas. Su paz, su alegría, su serenidad, su amor a lo que hacen.

     

Mi pincel expresa rasgos humanos, de rostros conocidos o desconocidos porque es bueno hacer retratos realistas y figurativos, porque muestra parte de un ser humano en un lugar en el espacio, en una época.

 

El joven huasteco que desde 2007 empezó a exponer su obra en diferentes puntos del país, inició en la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa -donde recibiendo un apoyo económico por parte del IVEC en el proyecto de obra plástica -, abunda:

 

Estudié en la facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana donde aprendí diversas técnicas, pero yo hago uso del dibujo al carbón, de la pintura al pastel y la acuarela, pero trabajo más el óleo sobre lienzo por la consistencia de la pintura.

 

En mi primera exposición mostré en pintura las tradiciones de mi comunidad, ahí se veían a los hombres que participan en la danza de los matlachines con toda su fuerza, emoción y colorido, porque mi objetivo es reinterpretar lo que veo al estar en contacto directo con las personas.

 

El pintor huasteco dice que un pintor nunca se termina de conocer y de hacer, y en este momento de su vida él está en el proceso de reinterpretar su raíz, y su pincel está dedicado a plasmar los rostros de la familia rural, de su propia familia y el lugar donde nació.

 

Amado Flores, quien también ha expuesto en la Casa de Cultura de Poza Rica, en el Teatro del Estado de Veracruz, en una muestra colectiva en el Congreso del Estado, en la Universidad de Guanajuato y en Jalisco, en Tuxpan mostró su obra en el museo de Arqueología en agosto de 2009, agrega:

 

En esa fecha mi objetivo fue difundir la cultura de mi municipio, de mi comunidad, darme a conocer, y mostrar con mi obra la cultura a la que pertenezco en otras partes. Insisto que así como el huasteco es el resultado del mestizaje, el mexicano también lo es.

 

Por eso deja clara la influencia y la admiración que siente por Saturnino Herrán, un mexicano que murió joven, por Diego Rivera y por Enrique Estrada, que es más contemporáneo que los otros.        

 

Menciona que Saturnino Herrán dejó inconcluso en el DF un mural titulado “nuestros dioses” obra que representa la transculturación de la cultura española y prehispánica,  opina: “los mexicanos vistos como producto de la raza española, indígena y negra, somos una obra inacabada”

 

En “nuestros dioses”, Saturnino Herrán colocó a Cristo al centro y en contraposición mostró la figura de Coatlicue.  Esta obra habla de la contraposición y la fusión de razas y culturas y creencias, y los huastecos y mexicanos somos el resultado de esa mezcla que en mis pinturas se observa en las danzas, en los rasgos de los habitantes.

 

En una de las pinturas expuestas por Amado Flores, aparece su padre y su tío quienes formaron el dueto “los líricos” tocando requinto y guitarra, y los que a las seis de la mañana participaron en el programa “El Gallito Madrugador” en la XETL. También está el rostro apacible de su madre, de niños huastecos, y el de él disfrutando un enorme elote producido en las fértiles tierras norveracruzanas.     

 

 


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Un comentario en «El rostro de la huasteca, en la pintura de Amado Flores Procopio»

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