El sentido del humor

 “El buen humor es una combinación de bondad y sabiduría”.
Owen Meredith.

 

 

Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo

Juan de Dios Peza (1852-1910),  escritor mexicano, poeta, político del siglo XIX y miembro numerario de la Academia Mexicana de la Lengua, escribió a fines de ese siglo una poesía maravillosa, que muchos siendo niños nos la aprendimos: “Reír Llorando”. Y en ella nos describe una gran enseñanza de la vida: que los seres humanos tendemos a encubrir el dolor para dar la apariencia de que no nos afecta o que podemos vivir con él. Y eso lo revive en la imagen de “Garrick”, actor de Inglaterra, al que los altos Lores y el pueblo lo veían y aplaudían por ser “el más gracioso de la tierra y el más feliz…y el cómico reía”.

Pero esta poesía también descubre algo importantísimo: que la soledad y la tristeza en el hombre es la peor carga, porque aunque esté rodeado de mucha gente, de poder o de dinero, vive en un “spleen” a la manera de Garrick, esforzándose en hacer reír o quedar bien con los demás y por dentro, sentir que el dolor (o la angustia) le hace morir lentamente.

Los mexicanos, hombres o mujeres, tenemos como parte de nuestra naturaleza la gran virtud de tener un excelente sentido del humor, el de ver el lado amable de las cosas, el ser alegres, el de no ser muy aprensivos y somos reconocidos por propios y extraños, como una de las razas más cordiales del planeta.  Pero el problema es, que también tenemos una carga de inseguridad, de temor, pesimismo y de angustia y asociamos estas características a nuestras emociones. Por ejemplo, a veces queremos encubrir limitaciones o defectos, y nos concentramos entonces en quedar bien con los demás, haciéndonos los graciosos,  llamando la atención, fingiendo alegría, exagerando emociones, para de esta manera no descubrir corajes, envidias, egoísmos, etc., en suma , las limitaciones culturales o sociales que no nos hacen vivir con honestidad o con agrado.

Pero, ¿qué es el sentido del humor?

“Tener sentido del humor no significa ser un payaso o pasarnos el día contando chistes. Se trata de responder con una actitud positiva ante los retos o situaciones difíciles que nos encontramos en el día a día. El humor nos permite enfrentarnos a una situación difícil sin dejarnos secuestrar por las emociones negativas. Nos ayuda a crear ambientes más relajados y favorables para la toma de decisiones y la solución de conflictos; y nos protege, en cierta medida, contra el estrés” (Pallares, 2007).

«A través del humor la persona se siente inducida a abandonar su manera habitual de mirar las cosas -su lógica o su sentido de lo obvio- y a adoptar una manera más amplia que incluye lo cómico y nos mueve a cuestionar lo obvio, lo serio”. (Muñiz, 1998).

Luego entonces, ¿se le pude sacar provecho al  buen sentido del  humor?,

Por supuesto que sí.

1.-El sentido del humor nos permite ver los problemas desde otra perspectiva, con mayor flexibilidad y auto-distanciamiento. Si se aprovecha para bien de nuestra salud física y mental, el sentido del humor es un buen antídoto contra el miedo, contra la angustia, contra la depresión y ayuda a mantener el contacto cordial con otros, que de igual manera comparten el buen humor. Igualmente está comprobado por los médicos especialistas, que las personas que no son tan aprensivas del dolor, de problemas o de angustias, no generan tumores en el organismo y de ahí que se recomienden terapias de sensibilización para eliminar esas presiones que oprimen física y mentalmente a un individuo y que no le permiten ser feliz. Para una persona agradable no hay cosa que le incomode más que compartir con “mal humorados” o con “cara-duras”.

2.-Otro asunto es que el sentido del humor permite “reírse de uno mismo”, pero no a la manera de subestimación-inconsciente o como un mecanismo de defensa, sino como una forma de auto-reconocerse  de que no se es perfecto y que todos tenemos algo (interno o externo) de qué carcajearnos.

Reírnos de nosotros mismos, significa que estamos a gusto con nuestro tono de piel, de nuestra figura, de nuestra cultura, de nuestro dialecto, de nuestras experiencias, etc.,  y que a pesar de nuestras imperfecciones nos aceptamos como personas falibles y eso incluso es favorable para medir nuestros estados de tolerancia.

Lo que sí nadie puede hacer, por su gusto, es tomarse el derecho de reírse de otros o hacer bromas (de mal gusto) a sus costillas y menos si no existe la confianza necesaria entre las partes, porque de hacerlo, se  caería en la falta de respeto, corriéndose el riesgo de provocar conflictos o perder amistades para siempre.

Porque quien tiene derecho de reírse de sí mismo, es uno mismo o en su caso, si en el contexto de nuestras interacciones contamos con gente (amigos, familiares, parejas, etc.) a las que les concedemos confianza para que se rían de y con nosotros, no nos importará demasiado porque nosotros nos habremos reído primero.

Tener esta actitud se admite como signo de inteligencia y de buena salud mental.

3.-Pero hay algo mucho mejor. «las personas que son capaces de reír ante los contratiempos dejan de sentir lástima de sí mismas«. Y es que no podemos sentir lástima y reírnos al mismo tiempo, porque el cerebro no puede actuar según dos órdenes opuestas (Klein, 2004)

El buen humor contrae innumerables beneficios dentro de las situaciones laborales, y entre estos están:

  • Atrae y retiene a los recursos humanos más valiosos.
  • Potencia la salud y las capacidades del empleado.
  • Fortalece la motivación individual y colectiva.
  • Estimula la innovación.
  • Optimiza la comunicación interna.
  • Favorece el aprendizaje, y
  • Cohesiona los equipos humanos (Jáuregui, 2004).

Una empresa u organización sale ganado con empleados eficientes, pero también optimistas.

Por eso yo les recomiendo a aquellos directivos o funcionarios, que aplican la política del miedo o la incertidumbre en los ambientes de trabajo, que cambien sus estilos porque están en el camino equivocado, pues está demostrado científicamente que  la política del miedo es una estrategia de dirección completamente ineficaz. Por el contrario, en los ambientes de trabajo donde se permiten tiempos para las relaciones informales y se fomentan las actitudes de empatía entre: trabajadores y superiores y entre los mismos colaboradores, se incrementa la satisfacción al trabajo, el clima organizacional mejora y la productividad se eleva hasta en un 100 %.

Aprovechar el buen humor,  todos los días, para ser feliz y con ello  hacer feliz a los demás, es altamente estimulante y no genera pensamientos destructivos. Ideal en estos tiempos en que el pesimismo y la decepción nos agobian y nadie está exento de pasar por una mala racha.

Por eso, quien esté pasando las de “Garrick”, es decir, quien este pasando por un estado de tristeza justificada (o injustificada), en lugar de fingir una falsa alegría frente a los demás o caer en conflicto, lo mejor es pedir a sus compañeros que le den un espacio y tiempo para superar esa etapa y de esa manera, poner freno;  y, también por parte de los compañeros entender al amigo, para ofrecer comprensión y respeto a su estado o situación. De esa manera, las relaciones no salen afectadas y la alegría de los demás no lastima a quien pasa un duelo.

Y si la pena y el dolor interno no cesan, entonces se debe urgentemente pedir la ayuda de profesionales de la salud mental y física, para atenderse a tiempo y recuperar pronto, el ánimo de  vivir y ser feliz.

Para terminar, tomo el penúltimo verso de “reír llorando”:

Si se muere la fe, si huye la calma,

Si sólo abrojos nuestra planta pisa,

Lanza a la faz la tempestad del alma,

Un relámpago triste: la sonrisa

Y una sonrisa es el mejor regalo (además de que no cuesta) que le puede uno hacer a alguien que esta triste, necesitado, en apuros, enfermo o simplemente que está igualmente alegre, y es un cheque en blanco que Dios nos da, para hacernos millonarios en amigos y en felicidad.

Y como dice un proverbio escocés: *La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz”.  Luego entonces, les deseo mucha luz esta semana.

Gracias y hasta la próxima.

Referencias:

Jáuregui. E. (2004) Los Beneficios del Humor: Razones para tomarse la diversión muy en serio. Sobre el humor en el trabajo y en el mundo empresarial«. Capital Humano, n.182 11. www.humorpositivo.com

Klein, A. (2000) .Reír es sano. Editorial Grijalbo. Barcelona

Muñiz L., (1998) Humor y educación. Anuario de la Universidad Internacional SEK, nº 4/

Pallares, E., (2007) Vivir con menos ansiedad, Ed. Mensajero,

Peza, J. D., (1886) Reír Llorando, Obras Completas,  México, http://www.los-poetas.com/l/peza1.htm

 

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