Deuda de $565 millones
Ligas llegan a Los Pinos
Por Luis Velázquez/Barandal
PASAMANOS: Muchos meses después, el grupo Soriana rompió el silencio. A ellos también les quedó Javier Duarte a deber.
Y la deuda es de 565 millones de pesos.
Y en ningún momento es, digamos, porque en el año 2012, fecha de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, extendieran tarjetas de crédito para repartir entre la población doliente.
La deuda, precisan, se debe a suministro de alimentos y artículos básicos, programas sociales y emergencias y catástrofes naturales.
Y en la lista negra de las dependencias deudoras están las siguientes:
Secretaría de Finanzas y Planeación, con Antonio Gómez Pelegrín, Mauricio Audirac Murillo, Fernando Chárleston junior, Carlos Aguirre Morales y Tomás Ruiz González, pues Salvador Manzur Díaz sólo permaneció 27 días en el cargo, sin posibilidad de calentar la silla ni cambiar el diseño.
Protección Civil, con Yolanda Gutiérrez Carlín, Noemí Guzmán y Ranulfo Márquez Hernández.
Y el DIF, con Astrid Mansur y la presidenta, Karime Macías.
Negro escenario para Soriana.
Por ejemplo, el góber interino, Flavino Ríos Alvarado, dice que cabildea en la secretaría de Hacienda y Crédito Público un apoyo extra de once mil millones de pesos para cubrir pendientes.
Y de los once, todo indica, sólo les darán, etiquetados además, 5 mil millones, y el resto, 6 mil, al sucesor.
Y sólo con los 3,200 millones de pesos de deuda a los presidentes municipales y los 2,500 millones de pesos a la Universidad Veracruzana, rebasan por completo los 5 mil millones.
Por fortuna, Soriana se fue a la demanda con tres acciones judiciales, “contando en una de ellas ya con una sentencia firme a favor de la compañía” (Reforma, martes 1 de noviembre, página 4).
BALAUSTRADAS: En una carta a Reforma, Soriana dice estar “a la espera de la resolución de las autoridades correspondientes del gobierno de Veracruz para el pago del adeudo adquirido”.
Igual, claro, se encuentran desde cientos de proveedores y prestadores de servicio hasta deportistas discapacitados, quienes antier bloquearon el Instituto del Deporte en Boca del Río, porque les deben desde hace un año el pago de la beca (beca exigua) que apenas y alcanza para comprar el uniforme, quizá una gorrita de medio pelo.
El colmo: le deben a los dueños de florerías en Xalapa por las coronas de flores que les fiaban.
Y si Soriana posibilita que el góber interino les pagara los 565 millones y/o, digamos, la mitad en un abonito, ha de perder la esperanza.
Y si ya cuentan “con una sentencia firme”, ninguna duda existiría de que el Flavinismo de 48 días se cobijara en la leyenda universal: “Debo, no niego. Pago, no tengo”.
Por eso, incluso, el góber electo ha integrado una súper comisión para revisar la deuda con lupa, mucha duda y mucha desconfianza, pues en la listita loso duartistas pretenden filtrar más chanchullos.
Incluso, y como lo ha denunciado el diputado Julen Rementería del Puerto, la reforma al Código Financiero enviada por Flavino Ríos al cuarto para las doce a la LXIII Legislatura sólo busca “ahorcar” las finanzas de la Yunicidad.
Y, lo peor, que Miguel Ángel Yunes Linares pague “todas las tropelías y desvíos de Javier Duarte… a más tardar el 15 de enero de 2017”.
¡Vaya cinismo y desfachatez!
Y más con todo el daño administrativo, económico, financiero, social, ético, moral, educativo, de salud y de seguridad causado en la población.
Es más, se pensaría que a Javier Duarte se le desbrujuló el cerebro y el tinaco mental lo ha de tener en una lucha neurológica como si fuera soldado raso en una guerra mundial.
ESCALERAS: Antier mismo, el coordinador del equipo de transición del góber electo, Manuel Muñoz Gánem suspendió el proceso de entrega bajo una advertencia categórica: primero, lo que resta del duartismo paga las deudas a todos, empezando por los presidentes municipales y la Universidad Veracruzana.
Pero tal utopía es como pedir peras al olmo.
Las arcas están vacías, quebradas, demolidas.
La secretaría de Hacienda y Crédito Público está, claro, con la más absoluta desconfianza.
Y, desde luego, si el dinero federal fluye a la SEFIPLAN será etiquetado, y como ha pedido Flavino Ríos, bajo la vigilancia de una comisión para entregar cada peso.
Pero como son tantos los sectores dañados, todo indica que el único camino es reproducir la actitud jurídica de Soriana y apostar a una acción judicial.
Más todavía si se recuerda que un montón de compañías constructoras fueron declaradas en quiebra y ruina, pues luego de vender sus activos y cubrir pendientes esperando que les pagaran, y pasar las quincenas y meses en la gran estafa, mejor bajaron el telón.
Enrique Peña Nieto asestó el manotazo, pero “demasiado tarde”, cuando el daño estaba.
Peor, si se recuerda que en la primavera del año 2014, la Auditoría Superior de la Federación descubrió irregularidades por 35 mil millones de pesos, reconocidas con su firma por el entonces secretario de Finanzas y Planeación, Fernando Charleston junior.
Y si Javier Duarte se atrevió a dejar una deuda de 565 millones de pesos a Soriana, una organización cuyas ligas llegan a Los Pinos, con más razón se burló de los pequeños y medianos proveedores de Veracruz.
Trepado en la cresta del poder absoluto, todo le valió.
Fidel Herrera lo sabía porque era su hijo putativo y discípulo, su único maestro, vaya.
Editorial
