Tres gobernadores, en la mira
Inicia proceso contra Javier Duarte
Por Luis Velázquez/Escenarios
1
Está claro que Javier Duarte, JD, y los duartistas, nunca han tenido miedo al diablo ni tampoco al Sida.
Pero… cuando menos debieran tener respeto, digamos, y por ejemplo, a la Auditoría Superior de la Federación.
Y al Sistema de Administración Tributaria, SAT.
Y a la Procuraduría General de la República.
Y a la Unidad de Inteligencia Financiera de la secretaría de Hacienda, UIF, capaz de rastrear pistas de ilícitos hasta debajo de las piedras.
Por lo pronto, han de ponerse a rezar ahora que la Suprema Corte de Justicia de la nación ha anunciado que el 5 de septiembre iniciará el proceso sobre el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la PGR en contra de un trío de gobernadores, entre ellos, JD.
Y aun cuando, todo indica, declararán improcedente la intentona duartista para crear su Fiscal Anticorrupción a modo, lo que ya fue cancelado en Veracruz, estaríamos ante la crónica de un huracán político, mejor dicho, jurídico, en contra de todos ellos.
Por ejemplo, con el SAT, Sistema de Administración Tributaria, que rastrea las pistas de la evasión fiscal, nadie juega.
Tampoco se juega con la UIF, especializada en el origen del dinero.
Y menos con la PGR.
Y si la PGR tiene las señales, mejor dicho, la orden de Los Pinos, entonces, sólo resta copiar al sexto secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, quien anda con un amparo federal, pues las bendiciones de su padrino, el cacique huasteco y Contralor, Ricardo García Guzmán apenas y alcanzarían para él mismo.
Por solapador.
El duartismo está terminando en el descrédito el sexenio, mejor aún, la Decena Trágica de Veracruz, iniciada en el año 2004 con Fidel Herrera Beltrán, y quien soñaba con el Maximato jarocho, tipo Plutarco Elías Calles, quien se impuso como presidente de la república y todavía nombró a cuatro más, el último de los cuales, Lázaro Cárdenas, le salió rezongón y lo exilió en Los Angeles.
2
Manuel Gómez Morín, el fundador del PAN, fue el fundador del Banco Ejidal que luego mudó en BANRURAL y después fue desaparecido y cambió a Financiera Rural.
Un día preguntaron a Gómez Morín qué había pasado con el Banjidal y dijo:
“El Banjidal fue una chica muy bonita que a todos gustaba, pero de pronto creció… y emputeció y se corrompió”.
Según la fama pública, tal cual habría pasado con una parte de los fidelistas y los duartistas, pues apenas llegaron al poder sexenal, doce años en total, escucharon el cántico de las sirenas y “ordeñaron la vaca” como solía decir Gerardo Buganza Salmerón, el panista transfigurado en priista y luego se soñara candidato independiente.
El escándalo ahora es mayúsculo.
Por ejemplo, de los 31 gobernadores del país, JD y los suyos se llevan el primer lugar en el cochinero administrativo detectado por la Auditoría Superior de la Federación, con 52 denuncias penales en la PGR al momento, y sólo alrededor de las Cuentas Públicas de los años 2011 a 2014, faltando aún la revisión de las Cuentas 2015 y 2016.
La frase del diputado federal, Édgar Spinoso Carrera, a un amigo xalapeño cuando se toparon en Houston, donde reside, es catatónica:
“¡Hay escándalo en Veracruz… porque todo nos llevamos!”.
Y todo incluye, entre otras cositas, el estado anímico en que anda la mayoría y que por lo pronto ha llevado a Arturo Bermúdez Zurita a renunciar a la secretaría de Seguridad Pública y a José Antonio Mansur a renunciar a la delegación federal de la secretaría de Economía.
Por eso, y mientras la caja de Pandora se abre en todos sus rincones, si la vida pecaminosa de varios de ellos los duartistas nunca han tenido miedo al SIDA, entonces, ha sonado la hora de postrarse ante las dependencias federales.
Y más, en el tiempo del Sistema Nacional Anticorrupción que el presidente de la república necesita validar y convalidar con hechos concretos y específicos.
3
La Suprema Corte de Justicia tiene medidos los tiempos de cada uno de los 3 gobernadores en la mira.
Saben que César Duarte Jáquez, de Chihuahua, terminará su mandata el 3 de octubre y antes de la fecha deberán emitir su dictamen.
Saben que JD terminará el 30 de noviembre y que Roberto Borge el 4 de abril de 2017, y entonces, están jugando con el escore en cada caso.
Han trascendido que las intentonas del golpe de estado que pretendían son inconstitucionales y por tanto serán invalidadas.
Pero el hecho de proceder indica que desde Los Pinos hay voluntad política para aplicar la ley, sólo la ley, para hacer justicia, sólo justicia, sin ningún ánimo de venganza o de revancha.
El tiempo político que el góber fogoso gustaba de narrar que en la política hay momento de tirar varas y momento de recoger ha llegado para sus discípulos.
Fidel Herrera lo resumió de la siguiente manera:
“Javier Duarte no fue lo que yo esperaba… pues hizo cosas que no tenía que hacer”.
Ahora, hasta algunos de sus plumíferos fieles lo han abandonado, en tanto el repudio popular y el repudio de una parte del priismo crece, imparable.
“El destino de Javier Duarte es la cárcel” ha vuelto a cacarear el senador Héctor Yunes Landa, la amistad que nunca pudo darse porque el góber tuitero prefirió a sus bufones, aliados y socios, guardias pretorianos: Jorge Carvallo, Érick Lagos, Alberto Silva, Tarek Abdalá, Adolfo Mota, Édgar Spinoso, Vicente Benítez y Juan Manuel del Castillo.
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