La risa sandía del Fiscal

Por Luis Velázquez/Expediente

El lenguaje corporal lo dice todo en materia política y social.

En las fotos divulgadas por su oficina de prensa, el Fiscal de Veracruz aparece con una sonrisa tamaño sandía, la dentadura perfecta, esplendor en la tonalidad de la mirada, el saco impecable, al lado del hijo del magnate Manolo Ruiz Ortiz, Ricardo Ruiz Malpica, y su chofer, que permanecieron secuestrados durante 10 días.

Al bajar del helicóptero en la noche del martes 30, y al caminar a una camioneta blanca y blindada que los esperaba, el Fiscal coloca su mano izquierda sobre el hombro derecho del chico secuestrado y liberado, digamos, como para ayudarle a trepar a la unidad móvil, ¡qué atento y que desbordamiento de amabilidad!

En las fotos divulgadas por su oficina de prensa, el Fiscal aparece. En todas.

La noticia, pues, en ningún momento es el rescate de uno de los cientos, miles de habitantes de Veracruz que han sido plagiados, sino el Fiscal.

Y el Fiscal, incluso, por más que unas versiones aseguran que fue un equipo de colombianos, contratados por la familia, quienes facilitaron el rescate, aun cuando el boletín oficial habla de que fue un grupo elite de la Unidad Especial del Combate al Secuestro.

Y de ñapa, y como en ningún otro secuestro anterior, el góber tuitero publicó en su Twitter lo siguiente:

“Elementos de la UECS Veracruz rescataron sano y salvo a Ricardo Ruiz Malpica, deteniendo a uno de sus secuestradores y abatiendo al otro”.

¡Ay, Argentina, no llores por mí” decía la esposa de Juan Domingo Perón.

El Fiscal, expresándose a plenitud, como es.

Se ignora, por ejemplo, si la risa sandía con la que posó al lado del chico liberado es la número 69… que suela utilizar en casos extraordinarios, por ejemplo, cuando le canta a Javier Duarte en el convivio privado.

Quizá, cuando está con la familia.

Y/o cuando “El cara de foca” le cuenta historias de Pericles Namorado Urrutia, aquel procurador de Justicia que dijera a su gobernador Agustín Acosta Lagunes que lo había contratado como fiscal y en ningún momento como cagüamo.

EL FISCAL… DE Y CON LOS RICOS

En contraparte, y en víspera del cuarto informe, el presidente de la república ordenó un plan estratégico para rescatar los 50 municipios de mayor violencia en el país, 4 de ellos, en Veracruz, a saber, Jalapa, Orizaba, Poza Rica y Coatzcacoalcos.

Y una ONG documenta que a diario de norte a sur y de este a oeste hay secuestros y desapariciones.

Y los agentes del Ministerio Público intimidan a los familiares de los desaparecidos y les exigen que “ya no hagan ruido”.

Y trasciende que en el 80 por ciento de los desaparecidos hay policías involucrados, lo que expresa “un delito de lesa humanidad”, y por eso mismo hay 460 policías sujetos a proceso penal por desaparición forzada.

Y el Solecito pide la renuncia de la Fiscal encargada del área por tan indolente como ineficiente.

Y el colmo, apenas antier una niña fue secuestrada en Coatzacoalcos camino a la escuela.

Y los padres de familia viven angustiados por la seguridad de sus hijos.

Y en muchos pueblos de Veracruz predomina un Estado de Sitio, porque apenas pardea la tarde todos se concentran en sus casas como medida preventiva de seguridad.

Y los presbíteros de las iglesias piden a las feligresas que salgan a la calle, pero sin bolsa, porque se les están arrebatando como nunca antes en la historia local.

Claro, claro, claro, el culpable número uno es la secretaría de Seguridad Pública, pero…, pero resulta que la delincuencia organizada y común se crece al castigo ante la impunidad.

La impunidad que se ha disparado con el Fiscal de la Sonrisa de Sandía, feliz, inmensamente feliz y dichoso de posar al lado del hijo del magnate Manolo Ruiz Ortiz la noche de su liberación.

Estando cerca de los ricos, el Fiscal se transfigura y estremece.

Ojalá leyera a Gabriel Careaga en su libro clásico sobre las clases sociales donde documenta que los ricos de abolengo nunca, jamás, jamás, jamás, aceptan a los ricos de nuevo cuño.

Y también, ojalá, pudiera repasar el discurso de Lula en México cuando dijera que “los ricos… solos se cuidan”.

Los pobres, aquellos que por voluntad propia asisten a sacarse una muestra de sangre a convocatoria del Solecito de Veracruz necesitan más, mucho más, al Fiscal.

Pero el Fiscal quiere la bendición de los ricos…, la misma que toda su vida deseó Isabelita (María Estela Martínez), a quien Juan Domingo Perón, el dictador de Argentina, conoció en un burdel como bailarina.

INCONFORMES ONGS Y COLECTIVOS

Algún día, la empresa internacional Colgate-Palmolive Company (William Colgate, 1806, Nueva York) contratará al Fiscal para mostrar su dentadura Colgate en los 222 países donde ahora Shakira promueve la crema dental de la competencia.

Algún seguidor muralista de Diego Rivera lo buscará para inmortalizar su sonrisa sandía, de igual manera como aquel policía que dibujara en una acuarela al policía strippero, Arturo Bermúdez Zurita.

Pero con todo, la condena social de las ONG y colectivos de Veracruz por su indiferencia y desprecio y menosprecio por los desaparecidos pobres y jodidos que todos los días llevaban una vida sencilla y común trascenderá en la historia.

De seguir así, nada fácil que “antes de que el gallo cante tres veces”, las ONG de familiares de secuestrados se lance a la protesta social, y entonces, el góber electo (quien lo tiene en la mira) tendrá razones suficientes para su destitución.

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