El Universal / Carlos Loret de Mola
Por su posición geográfica, política, energética y migratoria, a México lo quiere seducir el discurso del miedo por el conflicto entre Israel e Irán
Los dos escogieron escenarios austeros para sus entrevistas. Los dos saludaron cordialmente al inicio y final de las sesiones. Los dos, enmarcados por un inflexible equipo de seguridad. A los dos sus asesores les cuidan hasta el último detalle de la imagen que van a proyectar. Los dos están enfrascados en una amenaza nuclear y han tratado de acarrear a México a sus bandos.
En sendas entrevistas que concedieron Mahmoud Amahdinejad, presidente de Irán, y Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, en dicho orden, la posición estratégica de nuestro país ha sido un platillo ante el que no han mostrado resistencia: México es uno de los mayores productores de petróleo del mundo, tiene una porosa frontera de tres mil kilómetros con Estados Unidos y hay decenas de millones de connacionales viviendo en territorio de la potencia. Lo hacen mientras escalan las amenazas mutuas. Por un lado Irán, por el otro Israel y Estados Unidos.
En el contexto de las denuncias en la prensa internacional de que intentaba usar a México como trampolín para cometer actos de sabotaje en Estados Unidos y bajo la presión de Occidente por su desarrollo nuclear, el 13 de enero de este año el presidente iraní, Mahmoud Amahdinejad, quiso granjearse simpatías en territorio azteca:
Dijo que “el pueblo mexicano también ha recibido golpes muy fuertes de las manos del imperialismo norteamericano, pues fue ocupado su territorio también: aunque el territorio mexicano es un territorio rico y lleno de recursos naturales, y una población inteligente y digna, una población muy culta, no le dejan progresar tal como quiere… los mexicanos estaban ubicados ahí, pero ellos llegaron de otra parte del mundo”.
Dos meses más tarde, el 14 de marzo, el premier israelí advertía que una bomba atómica en manos de los ayatolas que quieren desaparecer Israel representaba una amenaza para su pueblo y para el mexicano, y por ello no descartaba un “ataque preventivo” contra Irán. Benjamín Netanyahu buscó sumar así a México a su equipo:
“(Los iraníes) están construyendo misiles balísticos intercontinentales, que por cierto no están fabricando para atacarnos a nosotros, ya tienen misiles que pueden llegar hasta nuestro territorio, están haciendo misiles para llegar hasta la costa este de América del Norte, me parece que ahí también está México”, remató irónicamente.
Los amagos entre las naciones involucradas en este conflicto nuclear empiezan a presionar los precios del petróleo y con ello acentuar las preocupaciones por una profundización de la crisis económica en todo el mundo. Irán y sus aliados, Israel y los suyos, no ceden un ápice en el discurso de acusaciones mutuas y en la escalada de medidas económicas de represalia. Por su posición geográfica, política, energética y migratoria, a México lo quiere seducir el discurso del miedo.
SACIAMORBOS
Siguiendo el modelo de coalición exitoso en Uruguay, el ex aspirante de izquierda ya está construyendo su candidatura al 2018.
Editorial
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