Por Ramón Rodríguez Rangel
Cobró otra víctima más el hospital de la muerte: el Hospital Civil Regional de Tuxpan, solo que ahora no fue una persona de la sierra o de alguna comunidad rural o colonia popular de las que mueren ahí todos los días, ahora fue uno de los grandes valores culturales de Tuxpan, Isidro Aguilar Garcéz, campeón nacional de Huapango y director del mejor Ballet Folclórico de las huastecas.
Isidro Aguilar murió después de haber sido entretenido y desatendido en este nosocomio. Después de 24 horas de no hacerle nada, lo trasladaron a Poza Rica, donde falleció.
La muerte de Isidro Aguilar, por negligencia e irresponsabilidad de las autoridades estatales responsables del sector salud en el Estado, es un golpe duro a la cultura huasteca.
El gobierno del Estado de Veracruz, se gasta miles de millones de pesos en gastos suntuosos, en publicidad narcisista, en circo y fuegos artificiales, mientras ha dejado en el abandono lo más importante o lo que debiera ser la prioridad: la salud pública, que es un derecho constitucional y la promoción del empleo. La gente se muere de hambre en Tuxpan y en el Estado de Veracruz, a pesar de las potencialidades del fértil estado.
En Veracruz no se apoya a los hospitales, pero si se pagan campañas multimillonarias a los candidatos del partido oficial, campañas que ofenden la pobreza de la gente.
En el estado se deja morir a valores culturales, nacionales, como si fueran basura o algo inútil, y se santifica a personalidades que han saqueado el Estado, a los que la prensa señala como promotores de la delincuencia organizada, a los que se han burlado de la democracia y de los veracruzanos, a los que se han enriquecido a costa del pueblo, y todavía tienen el cinismo de balconearse y pavonearse, como si lo hecho fuera una hazaña y no un delito. El colmo de la desvergüenza, pero sobre todo de los gobernantes veracruzanos que han perdido la brújula, si es que alguna vez la tuvieron.
Isidro Aguilar Garcéz era un joven humilde pero talentoso, huérfano de padres, que daba todo por la cultura, por la danza, Represento a la Huasteca Veracruzano logrando el éxito en festivales nacionales, e incluso internacionales.
Lamentablemente Isidro no tenía apellido de abolengo en Tuxpan. Era simplemente Aguilar y no del fraccionamiento de Jardines de Tuxpan, sino de la comunidad rural de Ojite. Por ello fue canalizado al hospital Civil de la muerte y no a otro particular como el Centro Médico, donde si hay especialistas para una emergencia, donde se canaliza solo a los de la “nobleza” de Tuxpan, pero no a un plebeyo como Isidro.
¿Por qué no haberlo trasladado al Centro de Especialidades Médicas de Xalapa desde ayer mismo? ¿Por qué esperar a que estuviera agonizando para trasladarlo a otro nosocomio? simple y sencillamente, porque para los gobernantes la vida de un ser humano humilde, así sea campeón nacional de danza o un gran valor de la cultura, no vale nada.
La muerte de Isidro Aguilar exhibe lo inhumano del gobierno de Veracruz, que tiene abandonada la salud pública de los veracruzanos, porque aquí no solo es Isidro ¿Cuántas mujeres no han muerto porque no se le ha atendido en sus partos a tiempo? o por una bronquitis no atendida correctamente, por problemas vasculares o por casos de dengue manejados inadecuadamente.
De qué se ríe el Gobernador en las cámaras, cuando Veracruz está perdido en el desempleo, la inseguridad, la pobreza, y la falta de una adecuada atención médica hospitalaria como el caso de Tuxpan? que derivó en la muerte de Isidro Aguilar.
Editorial
