Solo y apanicado

Por Andrés Timoteo/Texto Irreverente

No se hagan bolas -como dijo el más innombrable de los innombrables- el impresentable ex cónsul de Barcelona no regresó a México para enfrentar a Miguel Ángel Yunes sino a la ley por los delitos que cometió. En breve, el ministerio público lo va a requerir para que rinda su declaración por el crimen de lesa humanidad de falsificar medicamentos para pacientes cancerosos, además de otros actos aborrecibles.  Dos, no tiene por qué debatir ni alegar con el mandatario actual, lo tendrá que hacer con los jueces que lo van a interrogar.

Además no hay nivel ni para dialogo ni algún encuentro verbal con Yunes Linares,  gobernador en funciones que llegó con el voto popular que hizo reventar el proyecto transexenal de la fidelidad mientras que el innombrable es el triste iniciador de la calamidad en Veracruz.  Uno tiene la investidura pública y el otro mero indiciado. Tres, lo que Yunes hace no es venganza ni obsesión como pretende hacer creer el acusado, sino la aplicación de la justicia y para eso lo eligieron los electores: para echarle el guante a la banda de pillos que saqueó  el tesoro público y se robó la vida de mucha gente.

Cuatro, al innombrable  lo echaron del cargo consular. Era un apestado mal visto por el gobierno federal, confirmó ayer por la tarde  una fuente de la Secretaría de Relaciones Exteriores en París. Explicó que la frase de “renuncia irrevocable”  fue ponderada para asegurarse que el sujeto no pretendiera revertir el oficio y pretenda retornar al servicio diplomático.  O sea, lo corrieron con el aviso de que no lo volverán a aceptar.

Es más, su despido causó jubilo entre la comunidad intelectual de Barcelona que siempre lo repudió, platican compañeros periodistas de la llamada Ciudad Condal. La alcaldesa Ada Colau, quien nunca quiso recibirlo ni siquiera en privado, está grata. Su administración no solo rechazó  al “cónsul  relacionado con el narco”, como lo describió El Periódico, el principal diario de Cataluña sino que el ayuntamiento nunca le permitió que acudiera a uno solo de sus actos oficiales.

Cinco. Es falso que operará políticamente en Veracruz porque su nombre  -como el de su sucesor Javier Duarte- es garante del voto de castigo, incluso entre los mismos priístas.  ¿Qué masoquista votará por un candidato apadrinado él?  No, si acaso viene a mover sus hilos con la delincuencia organizada, a comprar con dinero algo que sea vendible, a amenazar a los incautos  con el apoyo de sus viejos amigos inconfesables, y a tratar de estirar la liga para ver si alcanza algún coto municipal, pero todo eso por sus arrestos en solitario, sin el aval del priismo del altiplano.

Seis. Lo anterior porque el PRI nacional no lo quiere a su lado, su nombre hiede y más aún con la acusación de asesinar niños enfermos. En los próximos días vendrá el desligue de la cúpula partidista. Eso que hará “política interna” sulfuró a Enrique Ochoa Reza quien trae como bandera el combate a la corrupción y por eso lo echaron del consulado para que no contamine más.  Siete, un indiciado por un acto tan atroz de inyectar agua destilada a enfermos oncológicos no representa opción electoral en ninguna parte. No tiene cabida ni entre los priístas que tanta bellaquería toleran. A ver quién es el valiente que sale a rasgarse las vestiduras por él cuando se exhiban las pruebas completas del crimen.

Y ocho, los acusados en el expediente judicial por suministrar medicamentos falsos a los pacientes oncológicos no son médicos ni enfermeros ni laboratoristas ni los nosocomios sino funcionarios públicos. Hay la intención de desviar mediáticamente la atención del foco de responsabilidad que son los fidelistas que se enriquecieron con el fraude de los fármacos.  Tampoco la acusación se basa en un solo caso –por la mujer a la que iban a suministrarle una ampolleta de Avastin- sino que fue una práctica extendida.

No se sabe a cuántos pacientes si les aplicaron el químico falso antes de que se detectará ese frasco clonado. Si la ampolleta falsa se localizó en la farmacia del CECAN, quiere decir que se compró el lote de medicina falsa durante el fidelato. Ahora se quiere confundir a la opinión pública con la versión débil que solo fue un solo frasco en el mes de octubre, un mes antes de finalizar su sexenio. No, hay que indagar a cuantos pacientes en el periodo 2014-2010 se trató con placebos, ahí comenzó ese crimen de lesa humanidad.

Tan hubo compras masivas de fármacos clonados a empresas de la familia Beceiro que en ese mismo último año del sexenio fidelista, el 2010, la empresa Especialidades Médicas del Sureste le vendió supuestos “medicamentos” al sector salud por un monto de  58 millones 44 mil pesos. Duarte solo continuó el fraude iniciado por su impresentable antecesor, eso quedará demostrado en la investigación judicial, hay muchos esqueletos escondidos que saldrán a la luz pública, solo es cuestión de tiempo.

Por cierto, un acto saludable para conocer la verdad de lo que sucedió con los pacientes en el sector salud de la entidad  durante los dos últimos sexenios es que todos los familiares que perdieron algún ser querido por cáncer y tengan la sospecha de que hubo negligencia médica o no se hizo lo suficiente para salvarlos, acudan a la Fiscalía General para exigir una investigación. Que pidan que se revisen los expedientes clínicos, el historial y tipo de medicamentos aplicados, sus activos químicos y el laboratorio de procedencia.

Es insoslayable un peritaje forense, o al menos documental, para saber si las personas murieron a causa de padecimiento o fueron asesinadas por haber recibido fármacos falsificados.  Y en medio de todo esto, ¿dónde está el diputado federal Jorge Carvallo, uno de los hijos putativos del innombrable y a quien comisionó para hacer el fraude con la medicina falsa? El legislador tiene mucho que explicar en ese negocio hecho a través de sus parientes,  los Beceiro Delfín. ¿También pedirá licencia?, ¿El PRI nacional lo seguirá sosteniendo a un con el escándalo que se agudizará con las pesquisas?

La hilaridad. En varias entrevistas radiofónicas, el innombrable tuvo la osadía de negar a Carvallo Delfín y al propio Javier Duarte. De este último dijo que está arrepentido de haberlo apoyado y se atrevió a declarar que el cordobés “no aprendió a él”. Vaya truhanería: si Duarte, Carvallo y los otros salieron delincuentes fue porque siguieron sus enseñanzas.  Ah, y al innombrable se le escucha nervioso, casi apanicado, porque sabe que la lumbre ya le roza los empeines y nadie está dispuesto a ayudarle. El que lo haga se quemará también.

Envoyé depuis Paris, France

Comentarios de Facebook
Comparte en tus redes sociales
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Print this page
Print

Acerca de Expreso de Tuxpan

El sitio de noticias líder de Tuxpan, todo lo importante de la política, cultura, mundo, desarrollo, ciencia, tecnología y más.

Ver todas las entradas de Expreso de Tuxpan →