A la izquierda, Canto, un macaco de 27 años, sometido a restricción calórica con aspecto más saludable y joven. A la derecha un macaco envejecido, Owen de 29 años, que pudo comer todo lo que deseaba. Ambos participaron en el ensayo del Centro de Investigación de Primates de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.).
Restringir en un 30 por ciento las calorías de la dieta reduce la mortalidad y aumenta los años de vida saludable
Por N. Ramírez de Castro/ABC Salud
Ahora sí. Tras años estudiando los efectos de la restricción calórica en el envejecimiento de gusanos, moscas, ratones y levaduras, se han visto beneficios en uno de los animales de experimentación más parecidos al hombre, el «macaco rhesus». La Universidad de Wisconsin ha demostrado que restringir la ingesta de calorías sin llegar a la desnutrición se reduce drásticamente la mortalidad y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento: diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares, entre otros.
Durante los últimos años, han sido numerosas las investigaciones de laboratorio que han probado que comer menos era casi la única intervención segura para prolongar la vida. Era una certeza asentada en estudios con especies alejadas de los humanos. Hasta que hace dos años un estudio con macacos realizado por el Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos, echó por tierra algunas de estas conclusiones. Entonces, se vio que los monos que comían menos mejoraban su salud y alejaban muchos de los problemas vinculados a la edad, aunque no afectaba a su esperanza de vida.
Fue un jarro de agua fría para los defensores de la llamada «dieta del envejecimiento» que acaba de resucitarse. Un trabajo similar, también con macacos y de 25 años de duración, refrenda sin lugar a dudas lo aprendido en los laboratorios. Basta con reducir entre un 30 y un 40% el aporte calórico para vivir más y mejor.
Los detalles de este nuevo estudio, que firman investigadores del Centro de Primates de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), se publican en la revista «Nature Communications.
Más calorías, tres veces más riesgo de enfermar
Basta con echar un vistazo a Canto y Owen, los dos monos de la fotografía que se asoman a la investigación para saber que realmente ha funcionado la teoría. Ambos han participado en esta investigación que comenzó en 1989 y siguió a 76 «macacos rhesus». Owen comió siempre todo lo que quiso, sin restricción de ningún tipo, mientras que se mantuvo a raya la comida de Canto. La dieta de este último empezó al cumplir los 7 años. En plena madurez empezó a ingerir un 30 por ciento menos de calorías y hoy los resultados saltan a la vista. Los dos monos solo se llevan dos años. Canto tiene 27 y Owen el glotón, 29, pero parece que hay décadas de diferencia. El brillo de su pelo y la complexión muestran a un lozano Canto frente a un avejentado Owen.
Los análisis también demuestran que los monos que comieron sin control multiplicaron por tres el riesgo de enfermedad.
Editorial
3 comentarios en «Comer poco sí alarga la vida»