En el evangelio de este domingo escuchamos que Jesús promete enviar su Espíritu. Con ello está diciéndonos que seguirá actuando en la comunidad, con la misma fuerza y dinamismo y con una presencia, que, si bien no es físicamente perceptible, es igualmente real y eficiente.
Y en nuestro mundo actual nos encontramos con problemas nuevos, como el fenómeno del ateísmo, del materialismo, con un relativismo moral en el que se pierde el sentido del bien y del mal, una influencia exagerada de los medios de comunicación, corrupción y violencia. ¿Cómo actuar en estas situaciones, cómo actuaría Jesús? ¿Cómo ser cristianos en el mundo de hoy?,
El Espíritu actúa, por mediaciones y aspectos tan humanos como el diálogo y la discusión, el pensar juntos, reflexionar y tomar decisiones de manera consciente y responsable. Y por supuesto, siempre quedará la duda si realmente se ha sido fiel al Espíritu de Cristo. En su tiempo, Pablo y Santiago pensaban diferente en el tema de admitir a los paganos en la Iglesia.
Por eso la tarea de los primeros cristianos y nuestra tarea en la época actual, será de búsqueda, de diálogo, de acercamiento. Búsqueda que se irá profundizando a través de escucharnos unos a otros, pero siempre con apertura y buena voluntad, con actitud de fidelidad al mensaje de Cristo que tenemos que descubrir en el diario vivir.
El Espíritu de Dios está presente en todos los cristianos, aún en los más humildes, en aquellos que a los ojos del mundo son ignorantes y sin importancia. Y ese Espíritu nos capacita a todos para entender, para comprender el mundo y para ver las cosas con los ojos de Dios.
El Espíritu Santo, es llamado en este texto de Juan “Paráclito”, que significa el que está cerca, que está a nuestro lado, el espíritu consolador. El Espíritu Santo está con nosotros, como si Jesús estuviera físicamente en medio de nosotros. El Espíritu nos ilumina, nos hace comprender la verdad, nos protege, nos defiende, y nos impulsa siempre a seguir adelante.
En conclusión, Jesucristo está presente hoy entre nosotros por medio del Espíritu Santo. Por ello el evangelio nos dice que no hay motivos para estar tristes, ni acobardarse; Jesús nos da su paz, para estar serenos, para estar tranquilos, en armonía con Dios y con los demás.
+ Juan Navarro Castellanos
Obispo de Tuxpan, Ver.
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