Columna Templo Mayor/Periódico Reforma
QUIENES sufrieron ayer en carne propia la crudeza de la violencia desatada por los cárteles en Veracruz fueron varios empresarios del Distrito Federal y Nuevo León que fueron a ese puerto para asistir a la boda del regio René Elizondo de los Santos con una veracruzana.
ANTES de la ceremonia, los hombres de empresa -entre quienes estaban Enrique Zambrano, Ricardo Sada y Mario Chávez- acudieron al restaurante de mariscos Villa Rica, en Boca del Río, para degustar las delicias del mar jarocho.
PERO cuál sería su sorpresa que, entre camarón y camarón, comenzaron a escuchar el estruendo de decenas y decenas de disparos justo en las afueras del restaurante.
CUANDO finalmente cesó el enfrentamiento y pudieron salir, los comensales vieron una escena de terror: al menos seis muertos, varios heridos y casquillos de bala por todas partes.
COMO pudieron, los empresarios se enfilaron despavoridos al aeropuerto a buscar sus aviones privados o salidas de última hora, pues, igual que en Monterrey, el horno no está para bollos en Veracruz.
AHORA sí que, si no llegaron a la boda, fue por una causa estrictamente de fuerza mayor.