Por Andrés Timoteo/Texto Irreverente
Los indignos legisladores priístas –los del resto de partidos son tricolores disfrazados con membretes- se quedaron como las novias de rancho: vestidos y con el lívido alborotado pues se les cayó el nombramiento del terrablanquense Francisco Portilla Bonilla como titular de la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción. Ahí se equivocó el gobernante electo, Miguel Ángel Yunes en lanzarle flores a quienes no tuvieron nada que ver con la decisión de no votar al exalcalde de Córdoba como un fiscal a modo para encubrir al desquiciado Javier Duarte de Ochoa.
Es dudosa esa supuesta rebeldía de los parlamentarios locales que llevó a no alcanzar la votación calificada para aprobar la componenda. No, la instrucción vino desde el altiplano. Concretamente de la Secretaría de Gobernación y eso lo confirmó el presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth. Fue un “centralazo”, se quejaban ayer algunos de los parlamentarios locales que se prestaban para obedecer sin chistar el mandato de Duarte. En Casa Veracruz se oía el rechinar de dientes por la intervención de Los Pinos para frenar el entuerto. En Barcelona también bufaba la hiena herida pues desde allá se había escogido al exalcalde cordobés para cubrir las huellas de ella y las de los otros ladrones.
Se le cayó la tapadera al oscuro personaje que ya festinaba, a través de artículos de opinión escritos con nombres ficticios, la inminente unción de Portilla Bonilla llenándolo de piropos. ¿Cómo le dijo? Ah sí, “es de los pocos políticos derecho, que además de conocer ampliamente sobre derecho, es bastante diplomático y tiene experiencia legislativa, uno de los pocos aciertos de este sexenio estatal”. A los pillos de la fidelidad se les caen los puntales que colocan para no pisar la cárcel pues también Gabriel Deantes fue desechado para llegar como consejero al IVAI para ocultar la información pública
Ahora deberá haber una negociación política mediada –necesariamente- por la Secretaría de Gobernación para proponer una terna de personas decentes a dicha fiscalía o en su caso, dejar que el nombramiento lo haga la próxima legislatura que iniciará funciones en el mes de noviembre. Ya se verá si los diputados priístas en el congreso local acatan lo dispuesto desde Los Pinos o insisten en convocar a otra sesión para votar los nombramientos a contentillo de un gobernador ya casi difuminado y abiertamente abandonado por el gobierno federal y el PRI nacional.
Ayer mismo la presidenta nacional del PRI, Carolina Monroy, reiteró que el partido no avala a Duarte de Ochoa en los llamados “paquetes de impunidad” que son nombramientos de fiscales, magistrados y consejeros de institutos de transparencia para brindar el funcionario saliente. ¿Entonces el PRI no va lo va respaldar al gobernador?, se le insistió. “De ninguna manera, y no lo estaremos ni a favor de los gobernadores que pretendan estar por encima de la ley. Si un juez, si una autoridad competente, definen que hay que proceder y que hay elementos suficientes desde el punto de vista judicial, el partido apoyará a la autoridad competente”. Y remató concretamente sobre acontecido en Veracruz: “Es una vergüenza que eso ocurra”.
Por cierto, una fuente consultada confirma lo que ya denunció la periodista y diputada electa, Marijose Gamboa, que entre la turba de los vándalos de los 400 Pueblos estaban infiltrados policías de la Fuerza Civil y portaban armas de fuego. ¿Qué pretendía? Ellos fueron los que tundieron a golpes a los panistas que protegían al gobernador electo y al dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, en el afán de aproximarse a Yunes Linares como relató la diputada Gamboa ¿Cometerían un magnicidio? Eso se rumora en los corrillos priístas donde más de uno está asustado y reconoce: Duarte enloqueció.
El secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita fue parte de ese complot lo mismo que el fiscal, Luis Ángel Bravo quien se negó a atender la petición de auxilio que le hizo personalmente Yunes Linares. Si Bravo Contreras pretendía obtener por lo menos el beneficio de la duda del próximo ocupante de palacio de gobierno, el miércoles se extinguió tal posibilidad. Y ahora está en aprietos porque el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong pidió que las instancias ministeriales “deben castigar a los responsables de esos inaceptables actos”. Hagan sus apuestas señores: ¿A quién obedecerá es fiscal, al secretario de Gobernación o a su jefe local que ya se va?
Bravo Contreras y Bermúdez Zurita no tendrán clemencia en el próximo gobierno pues no solo le fallaron a los veracruzanos en sus encomiendas sino que estarían involucrados en un un fallido atentado criminal contra la persona de quien asumirá el poder estatal en cinco meses. Su decidía para atender el llamado de auxilio dará material suficiente para que Bravo Contreras enfrente un juicio de destitución apenas iniciada la nueva legislatura. Es divertido llamar a Duarte, Bermúdez y Bravo como ´los tres chiflados’ pero la realidad es mala: ese trio está verdaderamente desquiciado, son locos de alta peligrosidad.
RUMBO AL OCTENIO
En medio de todo el alboroto pocos repararon en el ‘destape’ del alcalde de Boca del Río Miguel Ángel Yunes Márquez para suceder a su progenitor en el 2018 y así completar un ciclo de ocho años en el gobierno estatal. Fue el mismo miércoles y ante la presencia del dirigente nacional del panismo, Ricardo Anaya quien procuró al edil al grado de señalarlo como el artífice de la diferencia de los 126 mil votos que hicieron ganador a Yunes Linares el pasado 5 de junio. Dicha cifra, agregó, se obtuvo en la conurbación Veracruz-Boca del Río- Medellín de Bravo donde ubicó a Yunes Márquez como el líder de ese espacio.
Orador junto a Ricardo Anaya, Yunes Linares y Santiago Creel, el munícipe de Boca del Río fue vitoreado por los panistas allí reunidos con la misma intensidad que lo hacían con su padre en la campaña electoral. ¿Su discurso? Mensurado si se considera el momento de tensión y con dominio del micrófono. Yunes Márquez ya dejó de ser el junior berrinchudo y trastabillante de su primera temporada como edil -algo que no ha logrado su hermano el senador-. Así, desde el miércoles ya hay precandidato de los Yunes azules para hacerle frente a los Yunes rojos que también ya iniciaron la carrera proselitista. Si Duarte va a la cárcel antes de junio del 2018, nadie dude que será efectivo el octenio con Yunes Márquez despachando en palacio de gobierno hasta el 2024.
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